Ensayo
El tiempo no da
saltitos inútiles como peces en la red
Autor:
Roberto Carlos Gómez
Sánchez
Capítulo 5. Manipulación del tiempo
Sabiendo que la rotación y traslación
terrestres son los factores determinantes del tiempo, bueno realizar algunos
experimentos mentales, muy extremos por cierto, esto para reforzar lo expuesto
hasta el momento en este ensayo. Los experimentos están basados en la
manipulación de estos dos movimientos terrestres, el objetivo es saber los
efectos causados a todos los seres que habitamos sobre la Tierra si ocurriese
de repente un cambio en sus giros espaciales, efectos relacionados con el
enigmático tiempo.
Ya explicamos lo que sucedería si la Tierra
girase al revés, expresamos que simplemente el sol saldría por el oeste y se
ocultaría por el este, que la transformación de la materia y todo evento social
continúan su ritmo normal, y que el reloj no giraría al revés y no volveríamos
al pasado.
Pasemos entonces a otro experimento
mental, por ejemplo, ¿Qué tal si el eje de rotación de la
Tierra se detiene por unos 15 minutos o una hora, producto de un choque
con un gran asteroide? Digamos que este objeto hizo tambalear a la Tierra y la
dejó inmóvil por ese fragmento de ciclo y, luego, el planeta siguió su ciclo
normal. En este caso, el reloj al igual que cualquier máquina giratoria seguirá
girando normalmente como lo venía haciendo, de ningún modo se paraliza, pues
las manecillas o la arena del reloj no esperarían «sentados» a que la Tierra
solucione su problema con el gran asteroide para luego seguir caminando. Pues
el reloj como un simple instrumento que es no posee consciencia para saber que
un ciclo terrestre se ha detenido, no tiene cerebro para saber que sucede y
luego decidir. Por todo ello, el reloj seguirá caminando sin ninguna
perturbación hasta que se le agote la vida útil o lo manipule el hombre. Por
otro lado, a ningún ser vivo se le ha quitado o añadido 15 minutos a su vida,
nada ni nadie quedó inmóvil en esos minutos. Se detuvo el ciclo de
rotación y de traslación del planeta, pero no el ciclo o funciones
biológicas de cada individuo, ningún ser vivo dejó de crecer en esa
fracción de minutos. Tampoco se paralizó el proceso de oxidación sobre
cualquier objeto de la Tierra. Si en esos minutos alguien comía una rebanada de
pizza, de seguro que la disfrutó sin
ningún problema en ese «ciclo inmóvil», no desapareció de sus manos,
pues no saltaron los minutos como por arte de magia; no obstante, de seguro no
tuvo buena digestión por el susto provocado por el asteroide.
Ahora veamos otro experimento mental de este
tipo de manipulación terrestre: ¿Qué tal si la Tierra dejara de girar
totalmente? Es decir, que pasaría si se inmovilizaran sus movimientos
en el espacio, tanto su rotación y traslación. En este experimento nada ni
nadie quedó inmóvil, simplemente una parte de la población vería solo el sol,
desde su perspectiva lo vería estático, del mismo tamaño y sin desfilar por
nuestro cielo (si tienen suerte un sol mañanero), el cielo de un solo color. Y
la otra parte de la población vería las mismas estrellas estacionadas, y la
luna también estática, en cualquier fase (si tienen suerte en un abrazador
plenilunio). Dicho de otra manera: en una parte será un día eterno y en la otra
una noche eterna.
Obvio que en este ejemplo parte de los seres
vivos tienen que adaptarse al frío, pues no verán el sol; y la otra parte
tienen que adaptarse al calor, pues verán el sol todo el día y toda la «noche».
Solo tendríamos dos estaciones en cada zona: invierno o nieve en el lado
oscuro, y fuerte verano en el lado caliente. No tendríamos solsticio, a lo
mejor un eterno equinoccio. Cambian los cuatro paisajes o estaciones actuales a
dos paisajes: uno frío y otro caluroso.
Al igual, en este experimento, las
manecillas del reloj seguirán dando vueltas normalmente, aunque dejen
de medir los ciclos de la Tierra. Aquí el reloj
sería un instrumento inútil, o un simple juguete o aparato decorativo
sin ninguna función. Pero los demás objetos con dispositivos circulares
seguirían teniendo sus funciones específicas, como el ventilador, por ejemplo,
seguiría refrescando el ambiente con o sin ciclos terrestres (sobre todo en esa
zona de eterno sol); igualmente las ruedas de los vehículos seguirían rodando
mientras lo decida la palanca del freno, y no por el freno de la rotación o
traslación del planeta. En este experimento mental se frenaron los movimientos de
la Tierra, y para que el reloj tomase de nuevo sus funciones, la solución sería
tomar el ciclo de otro planeta como referencia, y ajustar el nuevo reloj a un
horario interplanetario para que así sigamos registrando nuestros
acontecimientos en el álbum de la historia.
Sin movimientos terrestres todo el detrimento y
transformación de la materia continuaría su curso normal, se nos seguirá
agrietando la piel y saliendo hojas blancas a nuestros cabellos; pero no cumpliríamos
años ni celebrariamos años nuevos, ya que no existen los ciclos referenciales
de nuestro planeta, esos que nos hacen celebrar cada evento y hace que
el tiempo parezca real.
Ante esta situación tendríamos que inventarnos
algún método de medición del tiempo que se ajuste a un nuevo reloj,
pues tenemos que saber cuándo es la próxima cosecha de tomates y papas, cuando
es nuestro cumpleaños, navidad o año nuevo, y todos los acontecimientos
que registramos en la historia y que nos hacen creer que el tiempo ha dado
pasos a la eternidad.
Como indicamos, para saber nuestra edad y
registrar cualquier evento en el álbum de nuestra historia tendríamos que echar
mano del ciclo de otro planeta y adaptarlo a nuestro reloj. Si tomamos como
patrón el ciclo de traslación de Júpiter, como ejemplo, cumpliríamos un año
cada 11 ciclos o «años», dado que este gigantes dura 11 años terrestres en dar
la vuelta al sol; y si tomamos el de Saturno cumpliríamos un año cada 23
ciclos; con el ciclo de Plutón nuestro promedio de vida no nos alcanzaría para
cumplir un añito, pues ese planeta dura 248 ciclos o años terrestres en dar una
vuelta al sol; caso contrario si tomamos el giro de Mercurio, aquí cumpliríamos
un año cada 88 días, porque eso es lo que dura ese pequeño planeta en completar
una vuelta al sol. Y si tomamos el ciclo de traslación de nuestro vecino más
cercano, como lo es la luna, festejaríamos el año nuevo cada 28 días, y por
desventura para nuestro bolsillo tendríamos que dar un regalo cada 28 días a
quien cumpliere años.
Es muy claro, si la Tierra paraliza sus
movimientos espaciales envejeceríamos de todos modos, como si esta no se hubiese
paralizado, y envejeceríamos en simultánea con cualquier ciclo de cualquier
planeta. El promedio de vida de cualquier ser humano continuará siendo el
mismo, sin importar la cantidad de vueltas y la distancia que estemos al
planeta que escojamos como referencia. Tomando como referencia el recorrido de
cualquier vecino del sistema solar, en un planeta cumpliríamos menos años y en
el otro cumpliríamos más años, esto por la distancia en que se encuentren estos
planetas al sol. Sin importar qué «reloj interplanetario» escojamos
continuará bajo su normalidad el proceso progresivo del individuo y
de los elementos que conforman la naturaleza, y todo evento social. En
Plutón seriamos un anciano masticando el agua, con barba blanca y nietos, sin
haber cumplido un añito de vida.
A propósito, antes de continuar con el
siguiente experimento mental, te has preguntado alguna vez: ¿Si no
sabes la fecha en que naciste, qué edad crees que tendrías?
Continuemos, ¿Qué pasaría si
aceleramos la rotación y traslación de la Tierra? Si bien hemos
detallado un poquito sobre este caso en párrafos anteriores, tenemos que
complementar que en este caso atesoraríamos más ciclos, pero no nos
saldría ni una cana extra. Esto quiere decir, que corporalmente ningún ser vivo
aceleraría su crecimiento, tendríamos el mismo proceso evolutivo que tenemos,
ese mismo proceso lento; al igual, los objetos también se oxidarían en el mismo
ritmo con que lo hacen actualmente, ya que en el proceso de oxidación es
importante la participación del oxígeno, y en todos los ejemplos expuestos
nuestra atmósfera permanece inalterable. Desde luego, tampoco nos
transportaríamos al futuro prontamente, no pasaríamos a la era de los robots y
carros voladores como sucede en las películas de cine y tv. Es absurdo que toda
la humanidad pasase a otra futura humanidad simplemente por el cambio de
velocidad del giro terrestre. No obstante, festejaríamos nuestro cumpleaños, el
día de las madres y el año nuevo más prontamente. Pues se añadieron más ciclos
o años a la masa giratoria, pero no al proceso progresivo de cada
ser.
Es necesario repetir en cada ejemplo que
abarquemos, que las manecillas de los relojes, las elipses de los ventiladores
y todo lo que gire constantemente marcharían a sus ritmos normales, a la misma
velocidad de siempre, pues sería absurdo que se aceleren solo
porque la rotación y traslación de la Tierra se les dio por aumentar
su velocidad. Es como si una persona o un árbol crecieran más de prisa si
el sistema internacional de medidas decide que a un metro se le añadieran más
centímetros, por ejemplo, sea igual a 200 centímetros. El metro o cinta
métrica, al igual que el reloj, es una herramienta de medición, no tiene
poderes sobrenaturales para hacer crecer un árbol. Pues bien, ni los
movimientos terrestres ni el reloj tienen esos poderes para envejecer o
rejuvenecer un individuo, o para transportar toda la humanidad al futuro o
devolverla al pasado.
Al acelerar los movimientos de la Tierra, todo
seguiría igual en nuestras vidas, solo que veríamos el sol salir y
esconderse con mayor prontitud, desfilar a las estrellas y la luna más de
prisa; los perihelios y afelios acontecerían más seguidos, tal vez, dos o más
solsticios y equinoccios por año, ¡Dos primaveras al año sería fabuloso! Esto
debido a que estos fenómenos atmosféricos son producto de la inclinación de 23°
de la Tierra en el espacio, y este suceso hace que los rayos del sol no caigan
con la misma intensidad en un lugar durante el año. A saber: al acelerarse la
traslación del planeta, obvio, habrá más ciclos, y al haber más ciclos habrá
más perihelios, y más perihelios más fenómenos atmosféricos, por tanto,
más primaveras y otras estaciones. Toda esta situación nos engaña,
pensaremos que el tiempo transcurre más de prisa al ver pasar la primavera y el
invierno más seguido que antes, también al ver también amaneceres y atardeceres
más seguidos, y años nuevos más seguidos. Se nos olvida que son fenómenos
naturales que ocurren en la superficie de nuestra roca, independiente a sus
recorridos espaciales.
Otro peculiar experimento: ¿Qué pasaría
si solamente se paraliza el ciclo de rotación y el de traslación sigue su curso
normal? En este fenómeno no tendríamos amaneceres ni atardeceres con
sus colores rosados o anaranjados; pero sí festejaríamos navidades, años
nuevos, nuestros cumpleaños, las estaciones del año, y todo suceso que tenga
que ver con las vueltas de la Tierra alrededor del sol. Contemplaríamos un solo
paisaje en cada zona de la Tierra, la mitad de la población vería solo el sol,
estático desde nuestra perspectiva. Pero veríamos que este aumentaría de tamaño
durante su recorrido anual y, del mismo modo, reduciría su tamaño, ya que el
planeta continúa su trayectoria elíptica alrededor del sol. Y la otra mitad de
la población vería las estrellas estáticas y desfilar la luna durante quince
«días» sin retraso alguno, pues esta también seguiría girando alrededor de la Tierra.
Contrario al ejemplo anterior: ¿Qué tal
si nuestro planeta paralizara solo su ciclo de traslación y el de rotación
continúa su trayectoria normal? En este caso veríamos desfilar al sol,
amanecer y ocasos, las estrellas y la luna; pero no cumpliríamos años, ni
festejaríamos año nuevo, y todas las festividades anuales. Tal vez tendríamos
dos estaciones perennes, esto porque la traslación es el determinante de las
estaciones. Pero al igual que todos los ejemplos anteriores, nuestro ciclo
biológico y deterioro de la materia marcharían con o sin traslación.
Dejé para lo último el experimento más extremo
de todos los anteriores: ¿Qué pasaría si la Tierra un día rota en un
sentido determinado y el otro día en sentido contrario? Aunque es el
caso más exagerado de estos experimentos mentales, lo expongo para
contrarrestar los falsos viajes del tiempo, y tal vez volver loco a sus
promotores científicos, en vista que ellos nos están volviendo locos a
nosotros. En este caso simplemente veríamos el sol nacer por el este y
ocultarse por el oeste, luego se «devuelve» y nace por el oeste y se oculta por
el este, y así sucesivamente. Semejante en algo a los dos amaneceres del
planeta Mercurio en un mismo día. Pero lo cierto es que no retornaríamos al
pasado un día y al futuro el otro día, nadie envejecería un día y rejuvenecería
el otro día, los objetos no se oxidarían un día y el otro día serían otra vez
nuevos ni las manecillas girarían un día en un sentido y el otro día en sentido
contrario, tampoco los granos de un reloj de arena agotan un día su recipiente
y al otro lo vuelven a llenar, ni las elipses de los ventiladores, ni cualquier
aparato giratorio, ruedan un día para un sentido determinado y al otro día
cambian en sentido contrario.
Si bien, estos experimentos expuestos nunca acontecerán, porque las leyes gravitacionales así lo impiden, el objetivo era mostrar las consecuencias que traerían para el tiempo cualquier manipulación o cambio repentino de los movimientos terrestres. Si esta gran roca paraliza, acelera o ralentiza sus movimientos el proceso natural de cada ser vivo e inerte no se detiene, tampoco acelera ni desacelera. No somos seres con un proceso orgánico manipulable, regulado por los «vaivenes» de los ciclos. Como hemos dicho hasta la saciedad: nuestro proceso biológico ya lo determinó el código genético a lo largo de una evolución natural o selección natural o evolución o como lo quieran llamar, en todo caso es un proceso de miles de años, y para cada cambio o mutación tendría que darse a lo largo de esa misma cantidad de años.
Sin importar cualquier alteración de los movimientos terrestres, la Tierra seguirá abasteciendo la vida, sigue el ciclo de la lluvia, las plantas y animales siguen creciendo, nacen y mueren montañas, nace y muere una especie, nace y muere un continente, nace y muere una civilización, seguiremos yendo a la escuela, jugando futbol, etc. Al igual que nuestro planeta, el sistema solar y todos los cuerpos del universo seguirán su «ancianidad» sin ninguna alteración.
A continuación: La rotación terrestre desacelera mas no el tiempo. CLICK
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