Mostrando entradas con la etiqueta ley de la relatividad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ley de la relatividad. Mostrar todas las entradas

10 nov 2020

¿ Existe el tiempo? Espejismos y fantasmas cósmicos. El águila Especial. ¿Qué es el tiempo? En este ensayo te lo explicamos con dibujitos y plastilina.

 

 Ensayo

El tiempo no da saltitos inútiles como peces en la red

Autor:

Roberto Carlos Gómez Sánchez 

  

 Capítulo 7. Espejismos y fantasmas cósmicos que «perturban» el tiempo 

     Al tener el ser humano una visión limitada, no le permite observar simultáneamente lo que está sucediendo en todos los planetas del vasto universo. Tenemos que darnos por bien servido con el solo hecho de observar con potentes telescopios lo que sucede en los planetas del sistema solar y lo que sucede en uno que otro sistema extrasolar. No obstante, las imágenes de estos telescopios tardan algunos días en llegar a nuestros ojos, esto porque las señales tienen que hacer un largo recorrido para llegar a nuestro planeta. En caso de que tuviésemos una potente visión, sin ningún inconveniente podríamos observar una roca giratoria extrasolar y todo lo que sucede en su superficie, observaríamos los sucesos de ese planeta simultáneamente con los de nuestro planeta. Y si existiese vida allí observaríamos a los alienígenas en «vivo y en directo», por decir algo, trotando en las mañanas, a otros tomando de prisa el autobús para no llegar tarde al trabajo, otros sacando a su mascota a pasear, otros preparando su café, etc. Vemos que en el mismo instante transcurre la cotidianidad de los alienígenas y la de nuestro planeta, porque todo se da en simultánea, tanto los sucesos terrestres como los del planeta extrasolar; no importando la cantidad de rotación o traslación del planeta extrasolar, tampoco importando si ese planeta es más antiguo que el nuestro o si su civilización sea más avanzada.

     La visión de todo individuo es instantánea, no es un movimiento, tampoco es una onda ni mucho menos una partícula, no se propaga por el espacio como la luz. Es un error confundir la luz con la instantaneidad, en este caso con la instantaneidad de nuestra visión. Lo instantáneo nos muestra la a la simultaneidad de todos los eventos.

     Imaginemos que poseamos una visión extraordinaria, y que caminamos en el parque de nuestro barrio. Al levantar la cabeza a cualquier punto del firmamento veríamos a un alienígena en su planeta paseando a su mascota, y si volteamos la cabeza al parque veríamos un niño comiéndose un algodón rosado y sosteniendo un globo con la otra mano. Ambos eventos, lo que hace el extraterrestre y el niño, no tendrían ni una milésima de segundos de diferencia para nosotros, tampoco para nadie en el universo. Eso sí, si la mascota del alienígena ladrara no la escucharíamos, solo veríamos mover su hocico. Y si se pudiese transportarse su sonido, los escucharían dentro millones de años una futura civilización humana, nosotros solo veríamos al perro mover su hocico y su cola.      

     Pero como ironía del tiempo, sigamos imaginando, suponiendo que esta vez estamos en nuestra casa viendo futbol por tv., y, a la vez, nos paramos y echamos un vistazo al firmamento por la ventana. Digamos que observáramos un alienígena cortando su jardín, pero al voltear la cabeza para ver el partido de futbol por tv., nos daríamos cuenta que la señal televisiva tarda más segundos en llegar a nuestros ojos que la del extraterrestre cortando sus flores. Esto sucede porque la visión es instantánea, no es una onda o partícula, mientras la señal de tv., sí necesita un medio para viajar. Y si asomáramos la cabeza nuevamente por la ventana del edificio para ver al estadio de futbol donde se desarrolla el encuentro futbolístico (no la tv.), y de nuevo vemos al alienígena, nos damos cuenta que ambas acciones, tanto el partido de futbol y al alienígena baldeando las flores, acontecen en el mismo momento.

     Todos los eventos del universo ocurren en el mismo presente, pero la limitada vista humana y la poca tecnología impide demostrarlo. Al no tener la visión privilegiada, no nos queda más que echar mano de toda fantasía cósmica que se nos pase por la cabeza. Somos proclives a inventarnos falsas premisas, como: escalas y dimensiones del tiempo, universos paralelos, viajes a través del tiempo, relojes que se transfigura e inmolan a la velocidad de la luz, gemelo envejeciendo más que su otro gemelo, etc.  

     Nuestra visión no es una onda, no se propaga por algún medio, porque es instantánea. Siendo así podemos observar todo en simultánea, pero lastimosamente solo a una distancia limitada. Con una visión importante, todos los acontecimientos, aquí y en cualquier planeta de la última estrella del último universo, los veríamos transcurrir al mismo instante sin tantas dimensiones y fantasmas cósmicos, y otras pendejadas.

     El robot Curiosity, el cual fue enviado a explorar a Marte, en su misión observó cada suceso en el mismo presente con todos los eventos de la Tierra y de todo el universo, y al momento que nos remitió toda la información a nuestro planeta, estas imágenes tardaron días en ser recibida por el ojo humano, de este modo se engaña la simultaneada del tiempo. Si tuviésemos la anhelada visión especial, veríamos las acciones de Curiosity al instante. Así sucede con la señal de tv. en una trasmisión en vivo, digamos un evento deportivo, dicha señal tiene que pasar por varios filtros: viajar por el aire o mar, después llegan a dispositivos especiales, y estos distribuyen la señal a todos nuestros hogares. Y dicha señal nos llega por: radio, televisión e internet. Incluso, las señales a través de estos tres medios llegan en tiempos distintos. Pero la acción real de ese evento deportivo ocurrió en simultánea para todos los rincones del planeta.

     Al igual que la luz que nos llega de las estrellas, esta luz tiene que viajar inmensas distancias para luego tocar a nuestro planeta. Esas luces espaciales son una onda, no son instantánea como la visión. Sucede que nosotros no estamos al tanto de esta diferencia, al ver llegar estas luces pareciere que llegaran del pasado, pues fueron emitidas quizás en la época de los dinosaurios y apenas la percibimos en nuestro cielo. Y es que al mismo tiempo confundimos la fuente con la señal, es decir: la estrella que es la fuente, y la luz que es la señal emitida. A cortas distancias vemos un bombillo iluminar un árbol, no hay problemas en distinguir al bombillo (fuente de luz) y la luz, y el receptor (árbol). Pero a distancias descomunales, confundimos la estrella (fuente) con la luz que emite, creemos que es lo mismo.

     El tránsito de la luz de una estrella a otro cuerpo celeste tarda millones de años en tocarlo, debido a este fenómeno no nos alcanzaría la vida para ver todo ese luminoso camino. En ese fragmento que recorre la luz de una estrella a la Tierra: nace y desaparece un continente, muere y nace una especie, nace y muere una civilización... Si tuviésemos una gran visión veríamos la estrella y la luz por separado: por un lado, la estrella en su forma redonda, como nuestro sol; y por el otro lado, la luz propagándose por el espacio, como una bombilla encendida en la noche oscura. En nuestra cotidianidad vemos la bombilla en su forma natural (no distorsionada) y su luz brillando, pues allí no se hace necesario tener una visión especial. Cuando una estrella emite su luz en el espacio, y cuando recibimos dicha luz, uno que otro despistado creerá que viene del pasado, aquí lo que ha viajado es la luz, no la estrella. Esa estrella quizás ya no existe, pero aún existe su luz. Pues quien sabe si la estrella murió en la edad media o en otra época de nuestra historia, por decir algo, el caso es que todavía podemos apreciar su luz en el cielo nocturno, ya que su luz apenas nos llega después de años de recorrido, pero muy pronto desaparecerá.

     Vale la pena repetir: una cosa es la fuente de luz (estrella) y la otra es la luz (onda-partícula) que emite esa fuente, lo que recibimos es la luz de la estrella, no la estrella. El error es creer que la fuente de luz y la luz son lo mismo, es como confundir al remitente con la carta. Para nuestra visión le es difícil diferenciar en el cielo una estrella y una luz de estrella, por tanto, nos inventamos cuantos fantasmas cósmicos se nos ocurra. Por el contrario, con una visión extraordinaria sería como ver un bombillo y su luz, y de manera instantánea.

     Si pudiésemos tener el privilegio de observar el nacimiento de una estrella, nos daríamos cuenta que dicho evento transcurriría en simultánea con el hoy de nuestro planeta, con nuestra civilización, no con civilizaciones pasadas. En este evento, nuestra civilización, solo observará instantáneamente las primeras luces de la estrella reciente, puesto que a nosotros no nos alcanzaría la vida para sentir en la piel esos primeros rayos. Como en una carrera atlética de relevos, le correspondería a una futura civilización llegar a la meta, en este caso disfrutar el calorcillo de la estrella, por allá dentro de millones de años. Nuestra civilización vería nacer la estrella (redonda como el sol), y avanzar su onda-partícula hacia nosotros; una futura generación de millones de años verá la luz avanzar más; otra verá la estrella agotar su combustible; otra la verá desaparecer; otra civilización seguirá viendo solo la luz acercarse más a nuestro planeta; y otra generación es la que podrá sentir sus rayos. Todas las civilizaciones presentes observaron dicho evento, la parte que le correspondía ver, instantáneamente. Pero la cruel realidad es que no poseemos una visión extraordinaria, por tanto, algunos despistados de esa última generación confundirán la fuente con su luz, donde lo único que existe es la luz, no la fuente.

     Un bombillo prendido toda la noche, durante ocho horas, lo veríamos sin ningún problema, en ese lapso sucedieron muchas cosas a nuestro alrededor, las cigarras y gatos cantaron, por ejemplo. Eventos cotidianos; pero a en largos periodos de tiempo, desde luego, los eventos serán milenarios, como los reseñados anteriormente.

     Para entender un poco más el argumento de que todo evento ocurre en simultánea en cada punto del universo, es bueno trasladar ese caso a un evento cotidiano y cotejarlo con un evento sideral.

     Trasladémonos a un estadio de beisbol. Un pelotero lanza su pelota y se produce un home run a las 8:00 p. m. de la noche. En ese lugar todo ocurrió en un mismo presente, a esa hora puntual, tanto para el lanzador como para el home runero y para todos los espectadores del estadio, también para todos los habitantes de la Tierra y para los habitantes del último planeta de la última estrella del último universo. Esto porque todo transcurre instantáneamente en cualquier punto del universo, lo expresó Isaac Newton. Para los espectadores que están en sus hogares viendo el evento por señal televisiva, también esa acción sucedió en simultánea, la diferencia es que ellos recibirán el home run unos segundos o minutos después. Pues la señal u ondas tardan en viajar a sus hogares, digamos que a los televidentes les llegó esa jugada a las 8:01 p. m., incluso para aquellos que viven cerca del estadio. Para ser claro, lo que llegó a los hogares fue la señal, no la fuente. Ahora supongamos que se dañase la señal de tv. A lo mejor el desesperado televidente se sube en una palmera del patio de su casa, y de ese modo observaría ese home run en simultánea con los espectadores del estadio a las 8:00 p. m., no esperaría que la señal le llegue por tv., unos segundos o minutos después de esta jugada de beisbol. 

     Esa importante acción del beisbol se complica si ese evento se realizase en un exoplaneta, y ellos emitieran dicha señal a todos los rincones del universo. Es decir, un home runero alienígena despacha la pelota a las graderías del estadio, en este caso sería nuestra futura generación la que recibiría la señal de esa jugada, ya que la onda-partícula tardaría millones de años en llegar a nosotros. A los futuristas les llegará las imágenes, mas no la fuente de la imagen. Pues ya la fuente no existe, el pelotero alienígena y todos los espectadores ya murieron y el estadio tal vez se halla debajo de los escombros. Ante esto muchos pensarán que la señal les ha llegado del pasado, pero son puros fantasmas cósmicos. Ahora imaginemos que tuviésemos una visión extraordinaria. Al hacerlo, nuestra generación vería el partido de beisbol en el mismo instante con cualquier acción que estemos realizando, y la anotaríamos en el álbum de la historia para que las otras generaciones se enterasen de lo sucedido. Y cuando a la futura generación les llegue la señal de tv., ellos de antemano ya estarían enterados del evento de beisbol, ya que revisaron el álbum de la historia que escribimos y leyeron la jugada, o vieron el video grabado por una potente cámara, y por tanto, no creerán en fantasmas cósmicos. Y miren la curiosidad que acarrean las grandes distancias en el universo, en nuestro ejemplo, la futura generación ya sabe la historia de antemano (el home run), irónicamente una historia que no les había llegado aún.

     Con una visión poderosa, viendo todo lo que sucede en el universo instantáneamente no habría confusión con la simultaneidad del tiempo, no importa la distancia, tampoco la velocidad de la luz. Es como si le dijésemos a alguien por correo electrónico, o por cualquier medio de comunicación, que le hemos enviado un regalo por correo físico, y como sabemos que este tipo de correo tarda días en llegar a su destino, cuando el receptor reciba su regalo no tendría motivos para pensar en confusiones del tiempo. Pero si esto sucede a distancias extraordinarias, motivos tendría para confusiones.

     En todo caso, para no dejar algún cabo suelto sobre estos temas, en relación de que todo evento en el universo ocurre de manera instantánea para cualquier observador, sobre la luz y la fuente de luz, y del viaje de la luz o cualquier otra señal a distancias inconmensurables, me he dado a la tarea de inventar un tercer observador. Pero no es cualquier observador, es muy peculiar, un personaje que he extraído de la ciencia ficción, y al cual he llamado: El Águila Especial. Llamado así puesto que posee una visión extraordinaria y un promedio de vida de cien millones de años aprox. Sin más, esta ave imaginaria (que podría ser quien lee este ensayo), con su potente visión tiene la facultad de observar los ciclos de todas las masas giratorias de todo el universo en un mismo instante. Para cualquier experimento mental que se nos ocurra, a este tercer observador o ave imaginaria la ubicaremos siempre en un lugar estratégico o «zona vip» del espacio, y le daremos un protagonismo importante más adelante, cuando con «dibujitos y plastilina» refutaremos la paradoja de los gemelos o relojes.

     Por el momento, y siguiendo echando mano de experimentos mentales, ya que la imaginación no tiene límites, veamos de nuevo el fenómeno del nacimiento de una estrella. Una estrella que nació hace millones de años y su luz viaja hacia nuestro planeta, hasta llegar a nuestros días. Con las características que posee el ave, esta puede observar el nacimiento de la estrella instantáneamente, sin fantasmas cósmicos, luego su luz caminar lentamente por el espacio de un punto a otro punto. Entre otras cosas, el caminar de la luz de un punto a otro en el espacio, es un fenómeno muy lento si se observa desde largas distancias, desde otra estrella. Por lo tanto, El Águila se aburrirá mirando la luz caminar al ritmo de un gusanito, un gusanito luminoso. «Más tarde», quizás millones de años después, el ave verá morir a la estrella, pero seguirá viendo la luz viajando solitaria por el espacio, pues murió el emisor más no el mensaje, en este caso murió la estrella no su luz. Al final, otros millones de años después, el ave verá la solitaria luz estrellarse o iluminar el planeta.

     En este ejemplo, al Águila nadie le podrá echar cuentos de fantasmas cósmicos, pues observó toda la acción del fenómeno en el mismo momento. El Águila Especial anotó en su cuaderno de notas: el nacimiento de la estrella, su luz caminar como un gusanito de la estrella al planeta, el agotamiento de su combustible, su desaparición, y su luz continuando su camino por el espacio al ritmo del mismo gusanito luminoso. En el transcurso de ese lento fenómeno, el ave volteaba su cabeza de vez en cuando y echaba un vistazo a nuestro planeta para ver que acontecía, el ave anotó lo siguiente: el nacimiento de los dinosaurios, el asteroide que los extinguió, luego los primates, el origen del hombre, el origen del fuego, su civilización, sus eternas guerras, hasta nuestros días o la fecha en que llegan los primeros rayos de luz de la estrella. El receptor final de los rayos de la estrella extinta pensará que la luz viene del pasado a nuestro futuro; pero para el águila especial, quien no perdió de vista cada detalle del suceso, todo trascurrió bajo la normalidad de todas las leyes naturales, y al leer sus anotaciones estas nos sacarían de cualquier duda científica.

     El nacimiento y muerte de la estrella, y el caminar de su luz por el espacio transcurrió en simultánea con todo lo que sucedía con el planeta Tierra, con el sistema solar y más allá de la vía láctea. El ave vio que los sucesos de la estrella, su deterioro o pérdida de combustible, ocurrieron a la vez o paralelamente con la evolución de la especie y el deterioro del planeta. Pero para la última civilización, la que recibió la luz de la estrella muerta, lo que realmente observaría en el firmamento oscuro es la luz, mas no su fuente de luz.

     Es comprensible no saber distinguir una estrella verdadera y la luz de una estrella muerta, ya que de noche todos los gatos son pardos.

     Para muchos, y es verdad, cuando se habla de luces de estrellas que nacieron en la época en que los dinosaurios dominaban la Tierra, aquella Tierra primitiva, piensan que esas luces, las cuales apenas estamos recibiendo, nos llegan con aromas fantasmagóricas de dinosaurios. Nos dan a entender que estas iguanas gigantes regresaron del pasado con la estrella, pero solo son fantasmas cósmicos, porque quizás estos animales desaparecieron en la misma época en que la estrella agotó su combustible, y su luz siguió viajando. Los dinosaurios son cosa del pasado, de la Tierra primitiva, ahora son petróleo para mover máquinas y no zombis espaciales viajando con luces de estrellas.   

     Hemos enfatizado que las luces que vemos en el firmamento de la noche, muchas son de estrellas que tal vez ya no existen; en todo caso, son luces antiguas de hace millones de años, las cuales recepcionamos como nueva. Les corresponde a los científicos, con dispositivos especiales, quienes resuelvan cuales son las estrellas muertas y cuáles son las estrellas vivas que flotan en el cielo nocturno. Para nosotros, gente del común, no tenemos acceso a esos dispositivos para estar diferenciando en el cielo estrellas y luces de estrellas. De todos modos, esta confusión radica por la tardanza de la dispersión de la luz en el espacio, esta tarda millones de años en llegar a nuestro planeta, apenas nos están llegando a nosotros luces generadas por estrellas o explosiones de estas en la época de los dinosaurios, pero en realidad son luces de estrellas extintas. Si tuviésemos una visión privilegiada veríamos las estrellas redondas como nuestro sol, con nuestra visión normal tenemos que conformarnos con el modelo de estrellas que vemos en el cielo: difusas y palpitando.

     Esta confusión de estrellas (fuente) y luces (onda-partícula) no se presentaría si el que viajase a velocidad aproximada a la luz fuese un asteroide o un cometa. Pues en este caso, el objeto es solo una fuente, el cual no emite ondas ni partículas, siendo así no dejaría fantasmas vagando por el espacio si llegase a desaparecer. Estos objetos al no emitir luz propia no lo percibimos en el cielo como sí lo hacemos con una estrella a medida que su luz avanza hacia nosotros. Solo sentimos estos objetos opacos cuando colisionan con el planeta, y si tenemos suerte lo detectamos a tiempo con potentes telescopios, y tomamos las medidas pertinentes para salvaguardar la humanidad. El caso es que no vemos los objetos opacos en el cielo nocturno, solo los que están dentro del sistema solar. ¿Y qué tal si un asteroide viajase con huevos de dinosaurios en su superficie? En el caso de que dicho objeto chocase con nuestro planeta veríamos a los dinosaurios ya creciditos sobre su superficie. No habría motivos para especulaciones. No pensaríamos que han viajado a través del tiempo, o que viene del pasado con los fantasmas de los dinosaurios, puesto que no son fantasmas, sino dinosaurios de verdad, los cuales se «desempollaron» de sus huevos mientras el cometa o asteroide se encaminaban por el espacio interestelar. Simplemente, mientras el asteroide se desplazaba hacia la Tierra, los dinosaurios salieron de sus huevos, dominaron la superficie del asteroide durante millones de años, luego estos animales sobreviven o desaparecen al chocar con la Tierra. En este ejemplo no confundimos el emisor con el mensaje, pues se trata de un cuerpo sin mensaje, un cuerpo opaco, no enviaba ondas o partículas de luz. Aquí el emisor o fuente no muere como la estrella, la fuente muere al chocar con el planeta.

     Si el ser humano pudiese tener una visión poderosa, tan grande que le permitiese ver una civilización primitiva de un planeta lejano, la veríamos en tiempos simultáneos a la nuestra, paralelamente, es decir, veríamos la Tierra civilizada de hoy en contraparte con la civilización del planeta extrasolar primitivo, en formación. El ser humano vería nuestra tecnológica avanzando mucho más, quizás carros voladores; y en el mismo momento le «echaría un ojo» a la época de las cavernas de aquellos alienígenas primitivos, al hacerlo veríamos a esos extraterrestres dominando el fuego y las demás especies, sus civilizaciones, sus guerras, su desarrollo tecnológico, etc. Este ejemplo podría compararse, a menor escala de tiempo, como cuando nosotros vemos crecer a las personas de nuestra vecindad y ellos a nosotros.

     Sabemos que para los Newtonianos todo transcurre en simultaneidad en el universo, pero para los relativistas todo es distinto. Las premisas relativistas expresan: «dos eventos no ocurren en simultánea en distancias extraordinarias y a velocidades de la luz». Ellos argumentan, o por lo menos deduzco de sus teorías, que si una civilización de un planeta extrasolar pudiera observarnos no observaría la Tierra actual o nuestro presente, según ellos, ese planeta alienígena observaría nuestro mundo prehistórico con sus dinosaurios, porque son dos espectadores ubicados a largas distancias, y su luz emplearía millones de años en llegar a nosotros. Entendería que no reconocen que la visión del ojo humano o de cualquier extraterrestre es instantánea, que no es un movimiento, tampoco onda ni partícula, la cual no tiene que propagarse o viajar largas distancias como la luz o el sonido hasta llegar a nosotros. Pero debido a nuestra limitación visual creemos que la luz es igual a la simultaneidad, y como, al parecer, la luz se curva en el espacio, muchos creen que el tiempo también lo hace, siendo eso un gran error, el cual genera muchos más espejismos y fantasmas cósmicos de los que existen en la actualidad.   

     Retomando el mismo ejemplo, si esos mismos alienígenas nos enviasen señales o imágenes hoy, por supuesto que estas tardarían millones de años en llegar a la Tierra. Los habitantes o civilización que envió esa señal de ese planeta extrasolar ya no existirán cuando el mensaje llegue a la Tierra; desde luego, tampoco nuestra generación existirá, una futura generación sería la encargada de recepcionar y decodificar con una piedra Rosetta las imágenes emitidas por los alienígenas. A la larga, fueron señales que navegaban por el espacio mientras se extinguía y nacían nuevas generaciones en los dos planetas, tanto el terrestre y el extrasolar.

     Supongamos que hace cien años se hayan enviado imágenes de Charles Chaplin al espacio, y esta fuese capturada por una civilización extraterrestre dentro de millones de años, lógicamente ellos estarían viendo un suceso de nuestro pasado, de alguien que ya no existe. Recibieron una imagen no la fuente de la imagen, de un evento determinado, ocurrido en un segmento de ciclo de nuestro planeta, contabilizado por nuestro reloj y apuntado en el álbum de la historia, envuelto en una botella y luego arrojado al mar espacial.

     En nuestra cotidianidad se nos hace más fácil diferenciar la fuente y la onda o señal. Por ejemplo, cuando mantenemos comunicación vía telefónica o video llamada con alguien. Aquí, tanto la conversación e imágenes del emisor como la del receptor recorren la atmósfera o la fibra óptica. Cada palabra e imagen nos llegará con segundos de retraso, porque el sonido e imágenes tienen que propagarse por el aire o mar. Cada sonido fue emitido en el mismo presente de ambos, aunque nos llegue un poquito tarde pareciera que el sonido es instantáneo, pero lo que verdaderamente es instantáneo es la conversación. Si tuviésemos una visión relevante, y pudiésemos ver a la persona que está al otro lado de la línea telefónica, sin ningún dispositivo de video llamadas: veríamos primero sus gestos labiales sin escuchar sus palabras, y después escucharíamos su voz por el teléfono. A más de que existen miles de llamadas al día, y estas se van a toparse en nuestra atmósfera; incluso se cruzan las unas con las otras, recibimos sonidos de otras personas todas generadas en simultánea, y nos llegarán con segundos de retraso. Esto podemos compararlo con el fenómeno físico de los rayos bajo la lluvia, primero observamos su destello en el cielo, y segundo más tarde su sonido.  

     Pero este ejemplo se complica más si pudiésemos conversar o chatear con miles de civilizaciones de planetas extrasolares, cuyas imágenes y videos tendrían que llegarnos millones de años después de emitido el mensaje, y ni qué decir del sonido si pudiese llegarnos. Si poseyésemos una visión potente y conversáramos por teléfono con un alienígena veríamos sus gestos al hablar, mas no su sonido, pues este llegará dentro de millones de años, si la física lo permite. Desde luego, tenemos que tener un promedio de vida de millones de años y mucha paciencia para esperar cada mensaje de nuestros interlocutores alienígenos. Por ello, sería una futura generación la que recepcionaria el sonido y los videos de las imágenes emitidas por el alienígena. Y en ese tráfico espacial se cruzarán muchos sonidos e imágenes, de todos modos habrá algún despistado el cual pensará que son fantasmas cósmicos viajando y chocando por el espacio.

     Sigamos un poco más con este tema de la señal y su fuente, coloquemos otro ejemplo cotidiano, en este caso con un evento deportivo que se realiza en la China, un partido de futbol para ser más preciso. En ese evento un jugador anota un gol olímpico. Dicha señal de tv. o radio tardaría algunos minutos en llegar a cualquier país de América, incluso la señal de tv. y radio llegan en diferente tiempo en cada país, pues la señal viaja por nuestra atmósfera o por el mar después de realizada la acción. La acción  sucedió en el estadio, se queda en el estadio y no vuelve a repetirse, lo que se propagó es la señal de la acción, y esta llega tarde a los países de América. Es fácil comprender que no se propaga el cuerpo físico ni el estadio, ni el vendedor de espaguetis con palillos: ellos permanecen en la China.

     Hasta aquí no hay confusión alguna, pero la dificultad se presenta si ese partido se jugase en un planeta ubicado a una distancia descomunal al nuestro, dado que en este caso el retraso de la señal no será de cinco minutos, sino de cinco millones de años, será otra civilización quien reciba las imágenes de ese gol olímpico. Es decir, esa civilización alienígena que presenció la acción ya no existiría para entonces, y aquí en la Tierra habría otra civilización distinta a la que observó esa anotación de gol en aquel momento. La señal vagó dentro de la botella en esos largos años por el ancho mar del espacio, no el estadio ni el autor del golazo, pues no es un huevo dinosaurio sobre un cometa. Y mientras navegaba la botella por el espacio, en ambos puntos, tanto en la Tierra como en el exoplaneta, se transformó la materia y ocurrieron eventos naturales y sociales. Toda la materia alienígena se quedó en el exoplaneta, quizás ya no existe, existió en un fragmento de la historia de aquella roca giratoria. Pero su imagen sigue dando vueltas por el universo, como uno de tantos fantasmas cósmicos que confundimos como algo del pasado, al igual que las luces de estrellas extintas que vemos como estrellas en nuestro cielo.

     Las señales viajan lentamente por el universo como una botella con poemas de amor navegando por el mar. El poeta o emisor se queda en la playa, él no viaja dentro de la botella, quien lo hace es su poema. Y si transcurridos doscientos años hallan la botella, el poeta ya ha muerto, lo que hallaron fueron parte de su vida amorosa o una parte de su señal al mundo, no su pasado, pues él no viajó dentro de la botella, su pasado no trascurrió dentro de ella. Esta es otra diferencia entre la señal y la fuente

     Por todo ello, desde nuestro punto de vista, comprendemos que Isaac Newton posee la razón al plantear la simultaneidad del tiempo para todos los eventos posibles en cualquier punto del universo, y para cualquier observador, tanto estático como en movimientos. No pueden existir tiempos distintos en cada punto del universo, ni aquí en la Tierra ni en el último planeta de la última estrella del último universo.  

     Ahora te invito a seguir leyendo La velocidad de la luz no le saca canas a la primavera. CLICK

 


 

 

9 nov 2020

¿ Existe el tiempo? ¿Qué pasa si no existiese la luna? ¿Qué es el tiempo? En este ensayo te lo explicamos con dibujitos y plastilina.

 

Ensayo

El tiempo no da saltitos inútiles como peces en la red

Autor:

Roberto Carlos Gómez Sánchez 

Capítulo 6. La rotación terrestre desacelera mas no el tiempo 

     Hasta el momento hemos abordado tibiamente la desaceleración terrestre ante el alejamiento de la luna causada por las mareas, este hecho da para más detalles, y por lo tanto, para más confusiones del tiempo. Siendo así, es importante retomar el tema.

     Expresamos que es un hecho que en un futuro la rotación de la Tierra será más lenta, esto por el asunto del roce de las mareas de la Luna y la Tierra, este fenómeno hace que la luna se aleje de la órbita terrestre unos cuatro centímetros al año. En consecuencia la Tierra se desestabilizaría y tardaría mucho más en completar una órbita sobre sí misma. Entre más se alejase la luna, la Tierra se desestabilizará en su eje, tanto así, que tal vez quedaría «patas arriba» y girando al revés, igual que Venus, de quien se rumora que perdió una luna, pero ese es otro tema para otro ensayo. En todo caso, en lo que nos interesa: los días llegaran a ser largos. Tal vez será la duración del día, 30 horas, incluso, la rotación podría tardar días, como sucede con Mercurio o Venus, planetas sin lunas. 

     Si en el futuro la Tierra por efecto de la mareas desacelera su rotación, digamos a 50 horas, los habitantes de esa futura época necesariamente tendrían que ajustar el reloj a un ciclo de 50 horas. Esto quiere decir que el nuevo reloj de esa generación futura tendría 50 palitos: 25 el día solar y 25 la noche. Los futuros habitantes, desde luego, mucho más inteligentes que la nuestra, no entrarán en un mundo surrealista ni saldrían como locos a ajustar su promedio de vida, su ritmo de vida, sus recuerdos y toda una evolución a la marcha de un nuevo reloj de 50 horas al día; sino por el contrario, es el reloj el que se tendría que ajustar a las nuevas condiciones que impone el nuevo movimiento terrestres. A lo mejor los girasoles ya no moverán sus «cabezas» fijamente al sol en 12 horas, sino lo harán durante 25 horas. Es decir: el binomio reloj-tiempo no puede manipular la trasformación de la materia, ni intervenir en los cambios biológicos ni en los acontecimientos de la vida para luego ajustarlos a 50 horas.

     La futura civilización, por supuesto, tendrán que ajustar algunos aspectos de su cotidianidad, pues tendrán el sol desfilar durante 25 horas y las estrellas por la misma cantidad. No sabemos cómo reaccionarán sus respectivos mecanismos de defensa para soportar 25 horas de sol y 25 horas de noche fría. Colocando algo de humor a este tema, la conservación natural los proveerá, esa generación serán, algo así, como las cebras pintadas de blanco y negro: el negro para soportar los rayos del sol, y blanco por la ausencia de este. De este modo desaparecería el racismo.

     Al durar un ciclo terrestre 50 horas, no quiere decir que las nuevas generaciones van a envejecer más lento que a la de esta, de nuestro ciclo actual de 24 horas. La Tierra se hizo lenta, mas no la evolución, la futura generación seguirá teniendo el mismo promedio de vida que la nuestra. Su estilo de vida no sufrirá cambios relevantes, ellos no van a dormir 25 horas diarias, solo porque el día dura 50 horas. Seguirán durmiendo las 8 horas normales de nuestra generación, pero ante las nuevas condiciones, pues en una parte del ciclo descansarán bajo la noche y otra parte bajo un sol inclemente.

     Las actividades y horas de descansos no son producto del azar, tampoco producto de la duración del día solar y la duración de la noche, toda actividad que realizamos la impuso nuestra supervivencia. Ciertamente que lo es, la supremacía del hombre se impuso sobre los demás seres, y entre más fuerte sea una especie puede dormir más tiempo y más tranquilo. Por ejemplo, el león y el tigre duermen casi 15 horas al día, pues quién se atreve a molestarlos o quién se atreve a molestar a un oso en hibernación; mientras que los animales de la parte baja de la cadena alimenticia, duermen menos, dados que permanecen siempre en alerta para que no sean devorados. A la vez, por el frío y la oscuridad nosotros los humanos escogimos la noche para dormir, visto que todo trabajo o labor se puede observar con mayor claridad en el día solar.  

     Expliquemos la posible distribución de las horas y del ritmo de vida para la futura generación, es decir, cómo sería su vida diaria con la imposición de un nuevo ciclo de rotación de 50 horas. En este ejemplo, ante 50 horas de rotación terrestre, en el día solar de 25 horas una parte estaríamos  durmiendo, y la otra, despiertos; y la duración de la noche de 25 horas, también una parte estaría realizando cualquier actividad y la otra durmiendo.  

    Aquí partimos de la misma base del ritmo de vida nuestro: día de 24 horas. Pues ese ritmo no cambia, regularmente es de 8 horas de descanso o de dormir, y 16 horas de actividades o de estar despiertos. Pero resulta, según el ejemplo, que para los futuros habitantes el día ya no durará 24 horas, sino 50; y este se ha dividido en 25 horas (día solar) y 25 («día nocturno»). La cantidad de horas de nuestra generación (24) es casi la misma a la cantidad del mediodía de la futura generación (25) y casi la misma cantidad de su «día nocturno». Siendo así, las 8 horas para dormir y las 16 horas de actividades de nuestra generación (las cuales serán las mismas para las futuras generaciones), necesariamente ellos las tendrían que distribuir en un día soleado o en una noche fría. Esto quiere decir que en un día solar de 25 horas van a dormir las 8 horas bajo el sol, después se levantarán y harán sus actividades de 16 o 17 horas bajo el mismo sol. Luego se invierte la cotidianidad, en el «día nocturno» de 25 horas se van a la cama nuevamente, bajo luna y las estrellas, duermen sus 8 horas bajo el cielo nocturno, después se levantaran y realizarán sus actividades de 16 o 17 horas, bajo el mismo cielo de luna y estrellas.

     Desde luego, para mayor rendimiento, la futura generación del ejemplo distribuirán los horarios como se hace en la actualidad, esto para aprovechar la energía del sol. La distribución de horarios, además de complicado para explicarlo y entenderlo es irrelevante dentro de este ensayo.

    De todos modos hagamos el ejercicio. Supongamos que ellos comenzaran sus labores, como de costumbre, a las 6:00 am, con un sol recién erguido en el horizonte, y finalizaran las 8 horas a las 2:00 am. Indicamos «am» porque todavía es antes meridiano, ya que faltan 17 horas para que culmine el día solar. La complicación se presenta porque ellos tendrían que distribuir esas 17 horas de sol en 9, con el fin de continuar su vida social (pasear, ver tv, jugar, etc.) y 8 para dormir, aquí dormirán con el sol sobre su techo. Así se completaría la hora 25, la primera mitad del día, día de sol. Iniciarán el «día nocturno» de 25 horas, o la segunda mitad del día de 50 horas, esta vez con la luna en su techo. Inician las labores a las 12: 01 pm con la noche encima, finalizarían a las 8:00 pm de la «tarde» oscura,  una «tarde» de luna y llena de estrellas. Faltan 17 horas para que finalice el día de 50 horas, dentro de esas 17 horas tomarán nuevamente 9 para la vida social y 8 para dormir, pero esta vez sí dormirían con la luna y las estrellas en su cielo hasta la hora 50 o final del día. Al hacerlo, de nuevo los futuros habitantes iniciarían labores a las 12:01 am con el sol naciente, y así sucesivamente cumplirían con las nuevas condiciones impuestas por la rotación del planeta.    

     Con un día solar de 25 horas todo ser vivo ya tendría su organismo adaptado a las nuevas condiciones de vida. Esto en cuanto al nuevo ambiente, al nuevo clima, a todo lo externo. Sus aspectos físicos y ritmos biológicos tendrían que cambiar en algo, pues verán el sol cruzar por el cielo durante 25 horas, y la luna y estrellas por esa misma cantidad de horas. Pero ese cambio se daría en miles de años, y, tal vez, las futuras personas ya estarían adaptadas a dicho cambio. En lo básico, sus vidas seguirían con un ritmo de las 24 horas nuestras, vivirán el mismo promedio de vida biológico actual, el cual no se puede modificar y colocar en una cajita de 50 horas al día. Tal vez, como ejemplo, el heliotropismo de los girasoles se extendería más, pero a la vez, reposaría más su cabeza en la noche fría.

Te invito a continuar con Espejismos y fantasmas cósmicos que «perturban» el tiempo. CLICK 

¿ Existe el tiempo? ¿Qué pasa si la tierra gira al revés? ¡Se puede viajar en el tiempo? En este ensayo te lo explicamos con dibujitos y plastilina.

Ensayo

El tiempo no da saltitos inútiles como peces en la red

Autor:

Roberto Carlos Gómez Sánchez 

Capítulo 5. Manipulación del tiempo

     Sabiendo que la rotación y traslación terrestres son los factores determinantes del tiempo, bueno realizar algunos experimentos mentales, muy extremos por cierto, esto para reforzar lo expuesto hasta el momento en este ensayo. Los experimentos están basados en la manipulación de estos dos movimientos terrestres, el objetivo es saber los efectos causados a todos los seres que habitamos sobre la Tierra si ocurriese de repente un cambio en sus giros espaciales, efectos relacionados con el enigmático tiempo.

     Ya explicamos lo que sucedería si la Tierra girase al revés, expresamos que simplemente el sol saldría por el oeste y se ocultaría por el este, que la transformación de la materia y todo evento social continúan su ritmo normal, y que el reloj no giraría al revés y no volveríamos al pasado.

     Pasemos entonces a otro experimento mental, por ejemplo, ¿Qué tal si el eje de rotación de la Tierra se detiene por unos 15 minutos o una hora, producto de un choque con un gran asteroide? Digamos que este objeto hizo tambalear a la Tierra y la dejó inmóvil por ese fragmento de ciclo y, luego, el planeta siguió su ciclo normal. En este caso, el reloj al igual que cualquier máquina giratoria seguirá girando normalmente como lo venía haciendo, de ningún modo se paraliza, pues las manecillas o la arena del reloj no esperarían «sentados» a que la Tierra solucione su problema con el gran asteroide para luego seguir caminando. Pues el reloj como un simple instrumento que es no posee consciencia para saber que un ciclo terrestre se ha detenido, no tiene cerebro para saber que sucede y luego decidir. Por todo ello, el reloj seguirá caminando sin ninguna perturbación hasta que se le agote la vida útil o lo manipule el hombre. Por otro lado, a ningún ser vivo se le ha quitado o añadido 15 minutos a su vida, nada ni nadie quedó inmóvil en esos minutos. Se detuvo el ciclo de rotación y de traslación del planeta, pero no el ciclo o funciones biológicas de cada individuo, ningún ser vivo dejó de crecer en esa fracción de minutos. Tampoco se paralizó el proceso de oxidación sobre cualquier objeto de la Tierra. Si en esos minutos alguien comía una rebanada de pizza, de seguro que la disfrutó sin ningún problema en ese  «ciclo inmóvil», no desapareció de sus manos, pues no saltaron los minutos como por arte de magia; no obstante, de seguro no tuvo buena digestión por el susto provocado por el asteroide.

     Ahora veamos otro experimento mental de este tipo de manipulación terrestre: ¿Qué tal si la Tierra dejara de girar totalmente? Es decir, que pasaría si se inmovilizaran sus movimientos en el espacio, tanto su rotación y traslación. En este experimento nada ni nadie quedó inmóvil, simplemente una parte de la población vería solo el sol, desde su perspectiva lo vería estático, del mismo tamaño y sin desfilar por nuestro cielo (si tienen suerte un sol mañanero), el cielo de un solo color. Y la otra parte de la población vería las mismas estrellas estacionadas, y la luna también estática, en cualquier fase (si tienen suerte en un abrazador plenilunio). Dicho de otra manera: en una parte será un día eterno y en la otra una noche eterna.

     Obvio que en este ejemplo parte de los seres vivos tienen que adaptarse al frío, pues no verán el sol; y la otra parte tienen que adaptarse al calor, pues verán el sol todo el día y toda la «noche». Solo tendríamos dos estaciones en cada zona: invierno o nieve en el lado oscuro, y fuerte verano en el lado caliente. No tendríamos solsticio, a lo mejor un eterno equinoccio. Cambian los cuatro paisajes o estaciones actuales a dos paisajes: uno frío y otro caluroso.  

      Al igual, en este experimento, las manecillas del reloj seguirán dando vueltas normalmente, aunque dejen de medir los ciclos de la Tierra. Aquí el reloj sería un instrumento inútil, o un simple juguete o aparato decorativo sin ninguna función. Pero los demás objetos con dispositivos circulares seguirían teniendo sus funciones específicas, como el ventilador, por ejemplo, seguiría refrescando el ambiente con o sin ciclos terrestres (sobre todo en esa zona de eterno sol); igualmente las ruedas de los vehículos seguirían rodando mientras lo decida la palanca del freno, y no por el freno de la rotación o traslación del planeta. En este experimento mental se frenaron los movimientos de la Tierra, y para que el reloj tomase de nuevo sus funciones, la solución sería tomar el ciclo de otro planeta como referencia, y ajustar el nuevo reloj a un horario interplanetario para que así sigamos registrando nuestros acontecimientos en el álbum de la historia.

     Sin movimientos terrestres todo el detrimento y transformación de la materia continuaría su curso normal, se nos seguirá agrietando la piel y saliendo hojas blancas a nuestros cabellos; pero no cumpliríamos años ni celebrariamos años nuevos, ya que no existen los ciclos referenciales de nuestro planeta, esos que nos hacen celebrar cada evento y hace que el  tiempo parezca real.

     Ante esta situación tendríamos que inventarnos algún método de medición del tiempo que se ajuste a un nuevo reloj, pues tenemos que saber cuándo es la próxima cosecha de tomates y papas, cuando es nuestro cumpleaños, navidad o año nuevo, y todos los acontecimientos que registramos en la historia y que nos hacen creer que el tiempo ha dado pasos a la eternidad.

     Como indicamos, para saber nuestra edad y registrar cualquier evento en el álbum de nuestra historia tendríamos que echar mano del ciclo de otro planeta y adaptarlo a nuestro reloj. Si tomamos como patrón el ciclo de traslación de Júpiter, como ejemplo, cumpliríamos un año cada 11 ciclos o «años», dado que este gigantes dura 11 años terrestres en dar la vuelta al sol; y si tomamos el de Saturno cumpliríamos un año cada 23 ciclos; con el ciclo de Plutón nuestro promedio de vida no nos alcanzaría para cumplir un añito, pues ese planeta dura 248 ciclos o años terrestres en dar una vuelta al sol; caso contrario si tomamos el giro de Mercurio, aquí cumpliríamos un año cada 88 días, porque eso es lo que dura ese pequeño planeta en completar una vuelta al sol. Y si tomamos el ciclo de traslación de nuestro vecino más cercano, como lo es la luna, festejaríamos el año nuevo cada 28 días, y por desventura para nuestro bolsillo tendríamos que dar un regalo cada 28 días a quien cumpliere años.

     Es muy claro, si la Tierra paraliza sus movimientos espaciales envejeceríamos de todos modos, como si esta no se hubiese paralizado, y envejeceríamos en simultánea con cualquier ciclo de cualquier planeta. El promedio de vida de cualquier ser humano continuará siendo el mismo, sin importar la cantidad de vueltas y la distancia que estemos al planeta que escojamos como referencia. Tomando como referencia el recorrido de cualquier vecino del sistema solar, en un planeta cumpliríamos menos años y en el otro cumpliríamos más años, esto por la distancia en que se encuentren estos planetas al sol. Sin importar qué «reloj interplanetario» escojamos continuará bajo su normalidad el proceso progresivo del individuo y de los elementos que conforman la naturaleza, y todo evento social. En Plutón seriamos un anciano masticando el agua, con barba blanca y nietos, sin haber cumplido un añito de vida.  

     A propósito, antes de continuar con el siguiente experimento mental, te has preguntado alguna vez: ¿Si no sabes la fecha en que naciste, qué edad crees que tendrías? 

     Continuemos, ¿Qué pasaría si aceleramos la rotación y traslación de la Tierra? Si bien hemos detallado un poquito sobre este caso en párrafos anteriores, tenemos que complementar que en este caso atesoraríamos más ciclos, pero no nos saldría ni una cana extra. Esto quiere decir, que corporalmente ningún ser vivo aceleraría su crecimiento, tendríamos el mismo proceso evolutivo que tenemos, ese mismo proceso lento; al igual, los objetos también se oxidarían en el mismo ritmo con que lo hacen actualmente, ya que en el proceso de oxidación es importante la participación del oxígeno, y en todos los ejemplos expuestos nuestra atmósfera permanece inalterable. Desde luego, tampoco nos transportaríamos al futuro prontamente, no pasaríamos a la era de los robots y carros voladores como sucede en las películas de cine y tv. Es absurdo que toda la humanidad pasase a otra futura humanidad simplemente por el cambio de velocidad del giro terrestre. No obstante, festejaríamos nuestro cumpleaños, el día de las madres y el año nuevo más prontamente. Pues se añadieron más ciclos o años a la masa giratoria, pero no al proceso progresivo de cada ser. 

     Es necesario repetir en cada ejemplo que abarquemos, que las manecillas de los relojes, las elipses de los ventiladores y todo lo que gire constantemente marcharían a sus ritmos normales, a la misma velocidad de siempre, pues sería  absurdo que se aceleren solo porque la rotación y traslación de la Tierra se les dio por aumentar su velocidad. Es como si una persona o un árbol crecieran más de prisa si el sistema internacional de medidas decide que a un metro se le añadieran más centímetros, por ejemplo, sea igual a 200 centímetros. El metro o cinta métrica, al igual que el reloj, es una herramienta de medición, no tiene poderes sobrenaturales para hacer crecer un árbol. Pues bien, ni los movimientos terrestres ni el reloj tienen esos poderes para envejecer o rejuvenecer un individuo, o para transportar toda la humanidad al futuro o devolverla al pasado.

     Al acelerar los movimientos de la Tierra, todo seguiría igual en nuestras vidas, solo que veríamos el sol salir y esconderse con mayor prontitud, desfilar a las estrellas y la luna más de prisa; los perihelios y afelios acontecerían más seguidos, tal vez, dos o más solsticios y equinoccios por año, ¡Dos primaveras al año sería fabuloso! Esto debido a que estos fenómenos atmosféricos son producto de la inclinación de 23° de la Tierra en el espacio, y este suceso hace que los rayos del sol no caigan con la misma intensidad en un lugar durante el año. A saber: al acelerarse la traslación del planeta, obvio, habrá más ciclos, y al haber más ciclos habrá más perihelios, y más perihelios más fenómenos atmosféricos, por tanto, más  primaveras y otras estaciones. Toda esta situación nos engaña, pensaremos que el tiempo transcurre más de prisa al ver pasar la primavera y el invierno más seguido que antes, también al ver también amaneceres y atardeceres más seguidos, y años nuevos más seguidos. Se nos olvida que son fenómenos naturales que ocurren en la superficie de nuestra roca, independiente a sus recorridos espaciales.

     Otro peculiar experimento: ¿Qué pasaría si solamente se paraliza el ciclo de rotación y el de traslación sigue su curso normal? En este fenómeno no tendríamos amaneceres ni atardeceres con sus colores rosados o anaranjados; pero sí festejaríamos navidades, años nuevos, nuestros cumpleaños, las estaciones del año, y todo suceso que tenga que ver con las vueltas de la Tierra alrededor del sol. Contemplaríamos un solo paisaje en cada zona de la Tierra, la mitad de la población vería solo el sol, estático desde nuestra perspectiva. Pero veríamos que este aumentaría de tamaño durante su recorrido anual y, del mismo modo, reduciría su tamaño, ya que el planeta continúa su trayectoria elíptica alrededor del sol. Y la otra mitad de la población vería las estrellas estáticas y desfilar la luna durante quince «días» sin retraso alguno, pues esta también seguiría girando alrededor de la Tierra.

     Contrario al ejemplo anterior: ¿Qué tal si nuestro planeta paralizara solo su ciclo de traslación y el de rotación continúa su trayectoria normal? En este caso veríamos desfilar al sol, amanecer y ocasos, las estrellas y la luna; pero no cumpliríamos años, ni festejaríamos año nuevo, y todas las festividades anuales. Tal vez tendríamos dos estaciones perennes, esto porque la traslación es el determinante de las estaciones. Pero al igual que todos los ejemplos anteriores, nuestro ciclo biológico y deterioro de la materia marcharían con o sin traslación.

     Dejé para lo último el experimento más extremo de todos los anteriores: ¿Qué pasaría si la Tierra un día rota en un sentido determinado y el otro día en sentido contrario? Aunque es el caso más exagerado de estos experimentos mentales, lo expongo para contrarrestar los falsos viajes del tiempo, y tal vez volver loco a sus promotores científicos, en vista que ellos nos están volviendo locos a nosotros. En este caso simplemente veríamos el sol nacer por el este y ocultarse por el oeste, luego se «devuelve» y nace por el oeste y se oculta por el este, y así sucesivamente. Semejante en algo a los dos amaneceres del planeta Mercurio en un mismo día. Pero lo cierto es que no retornaríamos al pasado un día y al futuro el otro día, nadie envejecería un día y rejuvenecería el otro día, los objetos no se oxidarían un día y el otro día serían otra vez nuevos ni las manecillas girarían un día en un sentido y el otro día en sentido contrario, tampoco los granos de un reloj de arena agotan un día su recipiente y al otro lo vuelven a llenar, ni las elipses de los ventiladores, ni cualquier aparato giratorio, ruedan un día para un sentido determinado y al otro día cambian en sentido contrario.  

     Si bien, estos experimentos expuestos nunca acontecerán, porque las leyes gravitacionales así lo impiden, el objetivo era mostrar las consecuencias que traerían para el tiempo cualquier manipulación o cambio repentino de los movimientos terrestres. Si esta gran roca paraliza, acelera o ralentiza sus movimientos el proceso natural de cada ser vivo e inerte no se detiene, tampoco acelera ni desacelera. No somos seres con un proceso orgánico manipulable, regulado por los «vaivenes» de los ciclos. Como hemos dicho hasta la saciedad: nuestro proceso biológico ya lo determinó el código genético a lo largo de una evolución natural o selección natural o evolución o como lo quieran llamar, en todo caso es un proceso de miles de años, y para cada cambio o mutación tendría que darse a lo largo de esa misma cantidad de años.

     Sin importar cualquier alteración de los movimientos terrestres, la Tierra seguirá abasteciendo la vida, sigue el ciclo de la lluvia, las plantas y animales siguen creciendo, nacen y mueren montañas, nace y muere una especie, nace y muere un continente, nace y muere una civilización, seguiremos yendo a la escuela, jugando futbol, etc. Al igual que nuestro planeta, el sistema solar y todos los cuerpos del universo seguirán su «ancianidad» sin ninguna alteración. 

 A continuación: La rotación terrestre desacelera mas no el tiempo. CLICK


6 nov 2020

¿ Existe el tiempo? ¿ Se puede viajar a través del tiempo? ¿Qué pasa si la tierra gira al revés? En este ensayo te lo explicamos con dibujitos y plastilina.

 Ensayo

El tiempo no da saltitos inútiles como peces en la red

Autor:

Roberto Carlos Gómez Sánchez 


                        Capítulo 2. Banana madura no vuelve a verde

     En unas de las sagas de Superman vimos como este superhéroe con su inmenso poder le dio reversa al eje de rotación de la Tierra, SI más no recuerdo fue con el objetivo de volver al pasado y reconquistar a su novia. Desde luego, se trata de ciencia ficción, donde todo es posible. Pero por muy divertido que lo sea, en ninguna circunstancia debe estar en concordancia con la ciencia. Muy a la ligera se le da importancia a los viajes través del tiempo, existe un tonto empeño en «crear» maquinas del tiempo, lo cual es más descabellado que las historias de superhéroes. Carece de toda lógica el solo pensar que dejamos de crecer y nos hacemos niños de la noche a la mañana o volvemos a nuestro pasado solo por el hecho de que la Tierra haya rodado al revés; o por el contrario, nos trasportaremos al futuro y envejeceremos más de prisa si la Tierra acelerase su rotación o traslación. Se nos olvida que habitamos en una roca giratoria, como expresamos en el capitulo anterior, y que sus giros son independientes al cumplimiento que tiene nuestro organismo a un proceso evolutivo guardado en un código genético, inquebrantable, que por el momento no tiene reversa,  de ir hacia atrás y volvernos niños o de acelerar y volvernos ancianos en un instante. Ese proceso evolutivo de todos los seres vivos es lento, no podemos saltarnos sus normas por los cambios de los movimientos del planeta en el espacio o si viajamos en una nave a velocidades cercanas a la luz. Tenemos un «chip» incrustado desde el origen de la vida, al cual llamamos código genético o selección natural o un sistema genético evolutivo, como lo queramos puntualizar. De todos modos, ese plan es lo que determina nuestras funciones y transformación biológica, y en ningún modo lo determina los movimientos de los astros o la velocidad de una nave. Dijimos que ese proceso evolutivo no es descendente, es ascendente como el nacer, crecer, reproducirse y morir. No tiene reversa. Todo cambio físico o morfológico o cualquier mutación tienen que «pedirle autorización» a nuestro sistema genético evolutivo, visto que dichos cambios se realizan lentamente, en miles o millones de años, no lo hace en un santiamén por el hecho de que algún cuerpo celeste haya cambiado de curso en sus ciclos espaciales o por el hecho de que estemos montados en una entelequi nave que viaja a través del tiempo.  

     La Tierra siempre gira constantemente a medida que todo ser vivo cambia biológicamente, digamos el caso la metamorfosis de las ranas, la germinación de una semilla a árbol o en nuestro caso el paso generacional de bebés a adolescentes. Resulta lógico que todos esos cambios continúan aunque el planeta deje de girar, porque el tiempo es independiente a la composición de la materia. Siendo así, la mutación o deterioro de nuestro cuerpo y, en general, de toda la materia también es independiente al tiempo. 

     Al habitar la vida sobre una roca que no deja de dar vueltas, es viable ordenar los sucesos, tanto sociales como naturales, en secuencias, estableciendo así: un pasado, un presente y un futuro. Asimismo, nuestra anatomía no se aligera o ralentiza por el hecho de que la Tierra haya acelerado o desacelerado sus movimientos. Una rana no vuelve a ser renacuajo si nuestra esfera celeste «decidiese» girar al revés. Nuestros abuelos no pueden regresar a la matriz y volver a nacer. Sí fuese así le estaríamos dando crédito a la existencia de fantasmas y zombies. Resignémonos en aceptar que nadie puede retornar a la edad media ni mucho menos a la época de los dinosaurios, no hay la posibilidad de que un río regresase a su manantial. Tampoco nos trasportaríamos a una época de robots y carros voladores si la Tierra acelera sus movimientos espaciales.

     La materia inerte tampoco se transforma y deteriora por los movimientos de aceleración o desaceleración de las masas. Los seres inertes, aunque no obedecen un código genético, sí obedecen patrones físicos inquebrantables como lo es la oxidación de algunos objetos, los cuales no vuelven a hacerse nuevos con el giro en reversa del planeta; tampoco se deterioran al instante, en caso tal de acelerar el giro terrestre.

     No podemos engañar al método de dotación por radiocarbono, conocida por la prueba del carbono 14, una técnica para conocer la edad de muestras orgánicas de menos de cincuenta mil años.  

     Del mismo modo, si la Tierra invierte sus movimientos, ella misma no volvería a hacerse joven; tampoco el sol ni sus planetas vecinos. ¿Acaso volveríamos a los orígenes del sistema solar?, ¿acaso todos los planetas retornarían a ser planetesimales? De ninguna manera, la Tierra no retornaría a ser un residuo espacial como lo fue en sus orígenes, cuando giraba alrededor de un sol lozano; sino que continuará girando alrededor de la enana vieja que tenemos en la actualidad.

     Sabemos que el planeta Venus mantiene una rotación inversa. Entonces, elucubrando un poco, contestemos estas preguntas: ¿Qué tal si hubiese existido vida antes de ser impactado por el objeto que hizo alterar su eje de rotación?, como expresa la teoría; ¿y qué tal si esa catástrofe espacial haya dejado sobrevivientes? Pues en este caso, esos suertudos venusianos sobrevivientes no retornaron al pasado solo por el hecho de que Venus cambió su giro de rotación. desde luego que no retornaron a su época prehistórica, y luego evolucionaron o volvieron a nacer para poblar de nuevo el suelo de Venus, de ningún modo pudo haber sido así. Esos sobrevivientes el ejemplo son la estirpe de una civilización del pasado, hicieron parte de un mundo que ya existía. Para ellos todo fue ascendente, a lo mejor habitaron en sus cavernas, descubrieron el fuego, tuvieron su propia edad media, su revolución industrial, etc. Evolucionaron en miles de años, hasta que la última civilización se topó con la gran catástrofe que puso su mundo girando al revés. Esos venusianos solo sobrevivieron a la catástrofe, no volvieron a la época de las cavernas, y en la actualidad su sol nace en la posición donde se ocultaba anteriormente. Su planeta gira al revés, pero no sus vidas. Y si pudiésemos comunicarnos con ellos, no lo estaríamos haciendo con fantasmas que regresaron del pasado o zombies venusianos, simplemente estos seres son el fruto de la nueva generación que sobrevivió a una catástrofe espacial, vivida por sus ancestros, los cuales están sobre una roca gigante, al igual que nosotros; lo que sucede es que la roca de ellos gira en sentido contrario a nuestra.

     Si la Tierra rodase al revés, tampoco las manecillas de los relojes rodarían al revés como por arte de magia. ¿Por qué han de hacerlo?, ¿acaso las elipses de un ventilador también van a girar en sentido contrario?, ¿y qué pasa con un reloj de arena, sus granitos se devuelven al recipiente anterior? Claro que no, pues son objetos creados por la mano del hombre y, como todos los objetos, estos solo se detienen por su deterioro, una falla mecánica, agotamiento de su vida útil o por la manipulación de su creador.

     El reloj de manecillas, al igual que las llantas de los vehículos o a los carruseles están diseñados por el hombre para ir en un solo sentido circular constante, estos siempre seguirían su marcha normal si la Tierra girase al revés o no. Estos objetos en ningún modo posible girarán en reversa o más de prisa, a menos que la mano del hombre la sincronice para ir en sentido contrario o a un nuevo ritmo de velocidad. De igual modo, ningún objeto que marche en un sentido lineal y pegado al suelo terrestre, como un automóvil, de ninguna manera tiene que devolverse si la Tierra girase al revés. Y un objeto que marche en sentido lineal en el cielo, como un avión, tampoco devuelve su dirección de vuelo; pero desde nuestra perspectiva, el objeto pareciese que habría cambiado de sentido al rodar la Tierra al revés.

     No sobra decir que el reloj tampoco puede acelerar sus manecillas si la Tierra acelera sus movimientos en el espacio, si fuese así también tendrían que hacerlo todos los objetos diseñados para girar, como un ventilador o una llanta de un vehículo. Si lo ilógico se impusiera, en este último caso, todos los automóviles acelerarían de tal modo que no habría semáforos que los detuviera, y el caos en las calles sería monumental. Todo esto porque el reloj también es materia, no tiene poderes sobrenaturales para detener sus manecillas y luego inmolarse si viaja a velocidad de la luz, como lo hemos vistos en algunas animaciones de los canales científicos de tv. Pues es imposible que un reloj se autodestruya si viaja a velocidad de la luz, dado que simplemente es un instrumento creado para registrar ciclos terrestres y no la consciencia de los hombres.

       En el planeta cada ser vivo tiene su promedio de vida determinado, producto de un proceso evolutivo largo, tal vez guardado en el código genético, y es un promedio de vida diferente entre cada especie. Una planta de cebolla tiene un promedio de vida de diez días, un pino cincuenta años, un perro alrededor de quince años, mientras el código genético de una tortuga determina que esta puede vivir cien años, y el promedio de vida de los humanos está entre setenta y cinco en los países ricos. La evolución lo quiso así. Por lo tanto, ningún ciclo o movimiento de la Tierra o de cualquier objeto celeste, o la distancia entre dos objetos celestes, o la velocidad de la luz, no ejercen ninguna influencia en acortar o prolongar cualquier promedio de vida de cualquier especie. Otros factores como el medio ambiente, el índice de pobreza, temperatura, la contaminación, procesos químicos, la ignorancia, etc., incluso, una mutación genética es lo único que podría influir en acortar o prolongar la vida.    

    La transformación de la Tierra, la evolución o el deterioro de todos los seres que habitamos en ella, los eventos naturales y sociales de cada ser, la oxidación del hierro, la pérdida de combustible del sol, el nacimiento y muerte de una estrella, etc., son independientes al conteo de los ciclos de la Tierra y, por ende, también independientes al tiempo, al espacio, a la distancia y a la velocidad de la luz. Sabiamente dice la canción: «Banana madura no vuelve a verde, y el tiempo que se va no vuelve».


Ahora te invito a leer: El tiempo sí se crea y se destruye, y no se transforma. CLICK

 

 

teoría de la relatividad y ley de la gravedad

Videos de humor comics Cartoon, los mejores chistes y memes. Videos populares de humor y dibujos animados

#humor #cartoon dibujos animados #art #arte digital #comics #animation #memes #reels #instagram #reelsinstagram #animation cultura #facebook...