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13 nov 2020

¿Existe el tiempo? Paradoja de los gemelo o de los relojes. ¿Qué es el tiempo? En este ensayo te lo explicamos con dibujitos y plastilina.

 

 Ensayo

El tiempo no da saltitos inútiles como peces en la red

Autor:

Roberto Carlos Gómez Sánchez 


Capítulo 10. El tercer reloj en la paradoja de los relojes

     La paradoja de los gemelos o relojes, propuesta por el físico Albert Einstein en las primeras luces del siglo pasado, es el arquetipo de la teoría de la relatividad especial. La paradoja es un experimento mental, la cual nos plantea la diferente percepción del tiempo entre dos observadores y ante un solo suceso, uno de ellos estático y el otro en movimiento, y a velocidad de la luz. Sabemos que para Einstein el tiempo transcurre distinto desde cualquier punto del espacio en que se encuentre el observador. Según él, hay dos tiempos distintos para un solo evento, debido a que el tiempo se paraliza o se acorta si viaja a velocidades extremas como la luz. Vale recordar que esta teoría contradice los postulados de Isaac Newton, quien afirma que el tiempo trascurre en simultánea para distintos eventos.

     La paradoja de los relojes imagina a dos gemelos, uno viajero y el otro atornillado en la Tierra, es decir, uno en movimiento y el otro fijo. El viajero dará una vuelta en un determinado tiempo hacia la estrella más cercana montado en una nave a velocidades cercanas a la luz; y su hermano lo verá partir. La hipótesis deduce que a la vuelta de la nave a la Tierra, el gemelo en movimiento habría envejecido menos que su hermano, dado que la teoría señala que el que ha estado sujeto a los cambios de velocidad, en este caso el astronauta, su tiempo ha trascurrido más lentamente. Pero la paradoja aparece cuando el gemelo que se quedó anclado en la Tierra reclama que es él el que ha viajado a la velocidad de la luz y no su hermano astronauta, por lo tanto, quien ha envejecido más es el viajero de la nave y no el terrestre. Con fórmulas y cálculos, entendibles solo para los matemáticos extremos, se demostró que es el gemelo viajero quien ha envejecido menos.

     En resumen, la paradoja nos plantea: dados dos observadores sobre un solo evento, uno estático y el otro en movimiento, el tiempo no trascurre igual para ambos.

     Según las premisas de la teoría de la Relatividad, el tiempo depende del observador. El tiempo medido por un observador en reposo de un evento en movimiento aumenta a medida que la velocidad aumenta, tendiendo a infinito cuando el evento se aproxima a la velocidad de la luz. En la misma dinámica, la longitud de un cuerpo disminuye a medida que su velocidad aumenta, tendiendo a cero cuando el cuerpo se aproxima a la velocidad de la luz.

     Además de la recíproca dualidad espacio-tiempo, donde cada magnitud afecta a la otra, aparece unos de los términos más fantasiosos de la historia de la ciencia, como lo es la dilatación del tiempo. Según la definición textual en uno de los portales más famosos de la web: «La dilatación del tiempo es el fenómeno predicho por la teoría de la relatividad, por el cual un observador observa que el reloj de otro (un reloj físicamente idéntico al suyo) está marcando el tiempo a un ritmo menor que el suyo. Esto se suele interpretar normalmente como que el tiempo se ha ralentizado para el reloj de un observador, y para el otro no; pero eso es cierto solamente en el contexto del sistema de referencia del observador». 

     No entiendo el porqué a nadie le vino la idea de colocar un tercer o cuarto observador o los que se necesiten para objetar uno de los conflictos familiares más viejo de la historia, como es este caso de la paradoja de los gemelos o relojes. Un tercer observador tendría una perspectiva distinta a la de los dos gemelos. Debido a que nadie ha hecho esta labor, entonces procedemos a colocar nuestro tercer observador. Obvio, no cualquier observador, colocaremos a nuestra Águila Especial. Este singular ave con una libreta de notas en sus garras, y un reloj atómico sincronizado con los relojes de ambos hermanos. En la paradoja el ave observará el evento desde un lugar estratégico en el espacio, en un «palco de honor» entre la Tierra y la estrella de destino de la nave. Desde allí, con su potente visión, tendrá su mirada fija en los dos observadores (uno estático y el otro en movimiento), y de este modo saber si es verdad que la velocidad de la luz manipula el proceso biológico o la evolución normal de los individuos. A la larga, la misión del ave es demostrar si una nave viajando a velocidades cercanas a la luz ralentiza el proceso normal del organismo de su piloto, haciéndolo envejecer más lento que su hermano, y por ende, de todos los habitantes del planeta. Pues eso es lo que enseña la paradoja.  Y por supuesto, a la vez demostrar una vez más que todo evento ocurre en simultánea en cualquier esquina del universo.

     Explicado lo anterior, como anunciamos, asignaremos al Águila en una «zona vip» en el espacio, en una segunda estrella (B) ubicada entre la Tierra y la estrella de destino (A). Y colocaremos la paradoja de la siguiente manera: el gemelo de la nave (observador 1); gemelo terrestre (observador 2); ave especial (observador 3). El viaje de la nave ida y vuelta tiene una duración de 50 años.

     Cuando la nave despegue (observador 1), el observador anclado en la Tierra (observador 2) no alcanza a ver ni el polvo, visto que la nave viaja a velocidad de la luz. Mientras que el águila especial (observador 3), ubicado entre la Tierra y la estrella (A) destino, desde su perspectiva la velocidad de la luz es lo más lento que pueda existir en el universo, ya que este singular personaje observará la nave caminar a paso lento, como la de un gusanito o tortuga en medio de la oscuridad del espacio de la Tierra a la estrella (A). Dentro de algunos años (digamos 25) el ave observará la nave llegar a su destino, a la estrella (A) y luego la nave dará la vuelta a la estrella e iniciar el lento regreso a la Tierra. En el viaje de la ida y vuelta de la nave tripulada por el observador (1), en ese lento caminar por el espacio, transcurrían otros eventos sobre la superficie de la Tierra, en todo el sistema solar y en todo el universo. El Águila Especial, además de observar todo el trascurso del evento, a la vez, echaba un vistazo a todo el planeta Tierra: sus movimientos, su trasformación natural, el crecimiento normal y sin sobresaltos de todo individuo, la oxidación natural y sin sobresaltos de algunos metales, las mismas estaciones sin sobresaltos, etc. Del mismo modo observaba en la estrella (A) su pérdida normal combustible en ese fragmento. Del mismo modo evaluaba su propio deterioro: sus garras para saber si se agrietaban y a sus plumas para ver si le salían «canas». Echaba una mirada de vez en cuando al paisaje del universo, a los alienígenas de otros planetas, a otras estrellas, agujeros negros, etc. Y por supuesto, a lo que nos interesa, no perdió de vista el estado biológico del gemelo viajero y del gemelo estático. Miraba su reloj atómico y los comparó con ambos relojes de los gemelos: no halló paralización alguna de las manecillas de los tres relojes. Tampoco notó trasfiguración física de la nave ni del piloto, incluso, el piloto conservó su mismo peinado con el cual hundió el botón de despegue.





Gráfica 7. En la paradoja de los relojes, el Águila Especial desde la cumbre de una estrella no nota alteración del tiempo. La nave no se acorta, los gemelos envejecen a la par, los relojes no se detienen ni se autodestruyen, etc. Todo sucede dentro de las leyes naturales.

     Ahora desde el punto de vista del gemelo terrestre (observador 2). Este observador con su visión limitada, la cual solo le permite ver lo que está frente a sus narices, no sabrá lo que acontece con su gemelo astronauta viajando en el ancho mar del universo, de esta manera es proclive a fantasías cósmicas. Y desde el punto de vista del astronauta (observador 1), al igual, su visión limitada no le permite ver más allá de sus narices, solo verá uno que otro asteroide o cometa rozar su nave, uno que otro planeta vagabundo, etc., de igual manera tiene que utilizar su fantasía para saber cuál es la suerte de su gemelo terrestre. De todos modos, los ojos de ambos hermanos los posee (por decirlo de alguna manera) el Águila Especial, el tercer observador, este constata en su informe que todo trascurrió normalmente, sin alteraciones ni saltitos inútiles del tiempo.    
     Cuando la nave regrese y pise suelo terrestre, el Águila en su informe confirmaría que todo ocurrió bajo la normalidad de las leyes naturales, sin ningún contratiempo y en simultánea con todos los puntos del ancho universo. Esencialmente en lo referente al gemelo de la nave y al gemelo terrestre, ya que en ellos recae el propósito de la paradoja.
     El ave anotó en su cuaderno de notas lo siguiente:
1) Ninguno de los relojes se ralentizó más que el otro.
2) El astronauta no se transfiguró, incluso, conservó su peinado de raya en la izquierda, y su nave no se acortó por la velocidad de la luz. Las manecillas de su reloj siguieron su marcha normal, su reloj no se ralentizo, tampoco se paralizo ni mucho menos se autodestruyo. La complexión biológica del astronauta gemelo no tuvo ningún sobresalto en el tiempo, la cantidad de arrugas que le brotaron a su piel es la correspondiente a la cantidad de 50 años.
3) El gemelo terrestre siguió su vida cotidiana acorde a ese segmento de tiempo, es decir, todo lo que hace una persona terrestre: ir a la universidad, ejercer una profesión, lidiar con complejos sociales, casarse, tener hijos, votar, mostrarle a la sociedad lo gracioso e inteligentes que son sus hijos, educarlos, llevarlos al colegios, y así continuar el ciclo social, etc. Le brotaron la misma cantidad de arrugas que le brotaron a su hermano, las manecillas de su reloj no fueron alteradas, no aceleraron o desaceleraron.
4) Toda la civilización terrestre no se transportó ni una milésima de segundo al pasado o al futuro, los granos de arena de todos los relojes pasaron sin ningún contratiempo por sus respectivos orificios. Siguió el avance de la tecnología, acorde a la evolución y vida social. Las campanas del big Ben, de la Torre del reloj, en Londres, no cedió ni un solo segundo a la eternidad, no dio un campanazo más ni un campanazo menos. Sería absurdo que lo hiciese solo porque a alguien haya viajado en una nave a velocidad de la luz.
5) La pérdida de combustible de la estrella, y de todas las estrellas a su alrededor, estuvo a la par con el agotamiento normal de esos 50 años.
6) El par de arrugas que le brotaron en la piel del águila, y el par de «canas» en su plumaje corresponden a la misma cantidad de todas las águilas especiales del planeta o del universo. Tampoco sus uñas crecieron más de lo normal.
7) Los nueve carruseles del sistema solar siguieron su curso normal alrededor del sol, hicieron la cantidad de giros de traslación que le corresponde a cada uno en esos 50 años terrestres. Ninguno avanzó más que su vecino. Es absurdo hacerlo solo por el hecho de que un gemelo viajase en una nave a velocidad de la luz, si así aconteciese se cruzarían todas las órbitas, y el caos orbital sería total. Y, desde luego, el sol siguió siendo la enana que es. 
     Sobre este asunto, de lo anotado por el Águila en su cuaderno, hemos explicado hasta la saciedad que el movimiento y la velocidad son independiente al proceso biológico y evolutivo de cada ser, y que cualquier cambio físico de cada ser se da en miles de años. También en este escrito nos hemos preguntado ¿Acaso las manecillas del reloj tienen poderes mágicos para cambiar su ritmo marchante?, ¿o el reloj de arena tiene poderes esotéricos para acelerar o ralentizar por si solo cada granito? Pues si esto es así, ¿acaso los ventiladores o todos los instrumentos rotativos inventado por el hombre van a ralentizar o acelerar el movimiento de sus elipses solo por el capricho de un observador en movimiento?, ¿o la correa giratoria del motor de la nave del gemelo astronauta se va a detener porque viaje a velocidad de la luz? Si fuese así la nave se «despeñaría en el abismo espacial».
     También hemos explicado que el reloj es una herramienta de medición de ciclos, independiente a cualquier evento que ocurra aquí y en cualquier punto del universo, y que la única razón para que sus manecillas desaceleren o se aceleren es responsabilidad de su creador, del agotamiento de su vida útil o de algún accidente de esta herramienta. El reloj no tiene impulsos para acelerar o desacelerar o inmolarse a velocidad de la luz, tampoco lo manipula el estado de movimiento de sus observadores; pues solo mide rotaciones y traslaciones terrestres. Si una nave viaja a velocidades de la luz, la Tierra tampoco deja de dar vueltas, igual que las manecillas del reloj. La velocidad de la luz y el estado de movimiento de cualquier observador son totalmente independientes a la función del reloj, funciones que dependen del movimiento terrestre.
     En lo esencial, en el reporte del Águila, las funciones biológicas de los tres observadores, la de ambos hermanos y la de la misma Águila Especial, nos dicen que no fueron alteraras, no cambian si un observador viaja y el otro se queda fijo en un lugar. Tampoco ha de cambiar al ritmo del movimiento, del vaivén de la velocidad. Es decir, las funciones biológicas no cambian si el piloto mueve su palanca de velocidades, y pasa de la velocidad de la luz a velocidad normal, luego vuelve a velocidad de la luz, y luego a velocidad normal, y así sucesivamente. Absurdo pensar que a esos cambios de ritmos en cierta distancia va a envejecer menos al piloto, después lo va envejecer más, después menos, y así sucesivamente. Sería una locura que envejezcamos al ritmo de una palanca de velocidades de una nave.  
     El núcleo de las células de cada individuo, responsable del almacenamiento de la información y luego transmitida de generación en generación, no se da por enterado de que un gemelo hubiese viajado a velocidad de la luz y su hermano se hubiese quedado en la Tierra.
     El  ave, tercer observador, es el que tiene el panorama total en esta paradoja, ya que ese panorama se le es negado a los gemelos. El astronauta no puede ver más allá de la nave, su visión no le alcanza para ver cuál es la suerte de su hermano atornillado en la Tierra, a la vez, este tampoco sabe cuál es la suerte de su hermano astronauta. Esta limitación es la que nos ha dado para especular con fantasías siderales o fantasmas cósmicos, que tanto abundan en el universo. Pero si ambos gemelos tuviesen visiones extraordinarias se vendría abajo cualquier fantasía, pues el gemelo terrestre estaría enterado de todo el recorrido de la nave de su hermano, y viceversa.        
     Al llegar el gemelo astronauta a la Tierra, y luego revisar su nave, tal vez la encontrarán un poco deteriorada, por choques de uno u otro meteorito; pero no oxidada, ya que estuvo exenta de oxígeno, elemento causante de la oxidación.
     En este experimento sideral, los defensores de la relatividad han dado como un hecho la existencia de dos tiempos, también la confusa dependencia entre tiempo y el espacio. En mayor parte se debe a que nunca se les ha dado por colocar un tercer observador con características especiales, quien certifique la instantaneidad de los sucesos, la simultaneidad de todos los eventos que suceden en el universo, en movimiento o estático. Ante esta paradoja, expusimos que todo trascurrió en simultánea en los tres puntos distantes entre sí, tanto para el observador en movimiento, el estático y el águila imaginaria.
     Los relativistas deben entender que la visión de cualquier humano es instantánea, no es una onda-partícula, no es un movimiento como la luz, la cual tiene que recorrer millones de kilómetros hasta llegar a nosotros. Sucede que toda la premisa relativista está basada en la velocidad de la luz, a qué pasaría si viajáramos a su velocidad, forjándola de este modo a instantánea; mas lo único instantáneo en el universo es la visión de todo ser vivo, la cual no es onda ni partícula. La visión de todo ser registra todo acontecimiento, toda acción al instante en nuestra vida cotidiana, pero hasta donde ella nos permite llegar. Entre más avancemos a un lugar veríamos más la simultaneidad del sitio al cual llegamos, pero no podemos notar la simultaneidad de los eventos de los sitios que vamos dejando atrás, o los que están muy lejos a nuestro alcance. Con una visión extraordinaria no tendríamos problemas en observar todo al mismo tiempo, no importando si avancemos a un lugar o no.
     El otro gran error de los relativistas es confundir la luz con la fuente de luz, creando así los aterradores fantasmas cósmicos, como los fantasmas de dinosaurios que regresan con la luces de las estrellas contemporáneas de su época. No tenemos una visión especial para demostrar la instantaneidad de los sucesos lejanos con los sucesos nuestros, la cual despejaría  todas las dudas de la simultaneidad.
      Subrayamos también que la masa no se encoge ni se transforma a velocidades extremas, ni tampoco un ser humano se trasfigura. Entonces  para dejar tranquilos a muchos, supongamos que la nave verdaderamente se acorte o se divida en dos partes, esto debido a un dispositivo de la misma, algo así como los transformers de las series televisivas o por un choque con un asteroide, el cual la partió en dos pedazos. Es decir, la nave se parte en dos por motivos diferentes a la velocidad de la luz. La masa en este caso se acorta, pero de todos modos nuestro tercer observador especial vería ese hecho como un accidente dentro del evento o como una nave robot que se divide en dos, una anécdota que no percibiría la paralización o dilatación del tiempo. El ave con su ojo privilegiado pondría su vista en el reloj del astronauta, en el de su gemelo y en su propio reloj, así vería las manecillas correr con normalidad y a la par. Obvio que la nave al perder masa acelera su velocidad, en este caso más veloz que la luz o a la de los neutrinos, de todos modos para el Águila esa luz seguirá siendo un gusanito que viaja por el espacio, un fenómeno lento.  
     Entonces la paradoja de esta novela de hermanos surge cuando el gemelo terrestre reclama que él fue el que realmente viajó a velocidad de la luz, por tanto, envejeció menos. Pues, siendo así, según la teoría relativista, o por lo menos la entendemos así, todos los habitantes de la Tierra igualmente envejecieron menos. Pues se supone entonces que la Tierra es la nave del gemelo que se quedó estacionado, que ahora hace de supuesto viajero terrestre, puesto que la Tierra es la que viaja por el espacio. Desde cualquier punto de vista es irracional que toda una civilización atrase o adelante su proceso evolutivo por culpa de una nave que viaja a velocidad del la luz. Basado en todo lo que hemos expuesto, en esta paradoja ningún humano, animal o planta ralentizaron sus respectivos procesos de crecimiento. Todos los relojes de cada habitante caminaron con normalidad, salvo aquellos que se deterioraron o se les acabó su vida útil, o los manipuló el hombre.
     Ahora bien, si no ha quedado claro y para no dejar cabos sueltos, continuemos con el final de esta paradoja: el regreso de nuestra Águila a la Tierra. Puesto que tuvo hambre y no hay nada que comer en la cumbre de la estrella. Desde allí, el ave imaginaria, con su potente visión divisó en la Tierra un conejillo de indias escondido en su madriguera. A esta ave también le asignamos velocidades extremas en su regreso a la Tierra. Además debemos añadir que si la ida y vuelta de la nave duró 50 años, el regreso del águila a la Tierra estaría estimado en 25 años.
     Sin más que agregar, el Águila alza sus alas desde la estrella a la Tierra, con la vista fija en el conejillo. Desde el punto de vista del ave, a medida que avanza al planeta, notará que el conejillo cambia su aspecto físico gradualmente en el transcurso de los años; de la misma manera, observará que la Tierra no gira sobre su eje más de prisa o menos; observa la Tierra avanzar en su traslación al mismo ritmo de duración como lo hace siempre. Al echarle un vistazo al big Ben, el reloj de Londres, sabrá que no da un campanazo más o un campanazo menos. Con el rabito del ojo mira su cuerpo y a su plumaje, no nota nada extraño, solo el viento «solar» pegando con fortaleza en su pecho. Su cambio físico va de acuerdo a su evolución, no se trasfigura o acorta su tamaño. Si es de transfigurarse ha de ser por el viento solar pegando en su rostro, igual que nos sucede cuando nos pega una fuerte brisa o cuando los perros asoman la cabeza por la ventana de un carro en movimiento; pero en el espacio vacío no hay cabida para transfiguración alguna. En esos 25 años que dura el recorrido del ave al llegar a la Tierra hubo la misma cantidad normal de giros de la Tierra alrededor del sol, es decir, 25 giros. El conejillo de indias sigue los acontecimientos cotidianos que normalmente realiza en esos 25 ciclos de traslación: comer hierbas y zanahorias, escabullirse de los lobos, dormir, reproducirse por montones, etc. Y por supuesto, envejeció al igual que el Águila, lo que realmente iba envejecer en esos 25 años, ya que al sistema de información de sus células le tiene sin cuidado que un Águila venga desde una estrella a velocidad de la luz a merendárselo, esa labor le corresponde a las neuronas de su sistema nervioso Y como el promedio de vida de estos roedores es de 25 años, (quizás mucho menos, pero teníamos que ajustarlo al ejemplo), el caso es que este conejillo está longevo, haciendo más fácil la labor al águila.
     Al aterrizar el Águila después de 25 años volando por el espacio, y luego saciar su apetito, en su informe registró que todo ese evento del conejillo transcurrió sobre una roca giratoria en esa cantidad de ciclos, y sin modificaciones del espacio tiempo. 
     Es ilógico que existan dos tiempos para un solo evento. También es descabellado que el tiempo se paralice, que la masa se acorte a velocidades de la luz y luego se unifique con el espacio. Todo evento o teoría no siempre tiene que ser metido en una burbuja para demostrar que es verdadero. Dicho esto, aclaramos, sin fórmulas, que no le pueden salir canas a la primavera solo porque alguien viaje a velocidad de la luz.

     Sobre las premisas de Isaac Newton, las cuales indican que todos los eventos acontecen en simultánea en cualquier punto del universo, yo le aderezaría lo siguiente: también acontecen en simultánea con la última estrella del último universo.  

11 nov 2020

¿Existe el tiempo? Hora interplanetaria ¿Qué es el tiempo? En este ensayo te lo explicamos con dibujitos y plastilina.

                                                Ensayo

El tiempo no da saltitos inútiles como peces en la red

Autor:

Roberto Carlos Gómez Sánchez 

                                      
                                     Capítulo 9. Hora interplanetaria
     Sigamos con más ficción en los ejemplos, ahora todo el sistema solar es habitable, con vida inteligente en todos los planetas, entonces para medir el tiempo cada planeta tendría que construir sus propios relojes. Pues nuestros vecinos también necesitan saber cuándo es la fecha de sus respectivos cumpleaños y su próxima cosecha de tomates. Claro, estos relojes ajustados a lo que proyecte cada uno de sus movimientos espaciales, a sus respectivos movimientos de rotación o traslación de cada planeta. No se descartaría el hecho de tener un patrón unificado, algo así como la «hora interplanetaria». Pero como somos los únicos seres que moramos el sistema solar y en el universo conocido, todo se rige por nuestros patrones de medidas. En el caso del tiempo en el sistema solar, cada planeta lo medimos con nuestra unidad de minutos u horas. Júpiter tarda 10 horas en girar sobre su propio eje, por lo cual, el reloj de Júpiter es de 10 horas diarias terrestres; el día de Marte es igual al nuestro de 24 horas; el de Venus tendría un poquito de problemas para colocar tantos números a su reloj, pues sabemos que en ese planeta el día es más largo que su año, a su reloj no le cabrían los números, y si apenas tienen relojes de arena se necesitaría una «tonelada» de granos para llenarlos.
     El hecho de que la rotación o el día de Júpiter sea de 10 horas (casi la mitad de la rotación terrestre) y sí existiese vida allí y vean salir el sol y ponerse más rápido, no quiere decir que el tiempo trascurra más veloz en ese gigante gaseoso. Sus habitantes no van a envejecer más rápido que nosotros, a menos que su evolución y genes los dispongan de otra manera. Simplemente el planeta gigante ha dado más ciclos; pero en todo caso, el tiempo es igual para todos en el sistema solar y universo. Los acontecimientos y respetivos procesos biológicos de cada habitante planetario seguirían su curso normal, en simultaneidad planetaria. Si alguien se muda a vivir a Plutón, cuya traslación es de 248 vueltas terrestres, nunca cumpliría un año de vida allí, ya que nuestro promedio de vida es de 75 a 80 años. El humano que se mudo a ese planeta seguirá siendo un bebé; y no un bebé lactante, sino un bebe de 80 años,  arrugado y con canas.
     Echemos mano nuevamente del Águila Especial, recuerden ese personaje ficticio de potente visión y con un  promedio de vida millones de años de existencia. En esta ocasión la ubicaremos en la hipotética nube de Oort, con la vista puesta al sistema solar. Esto con el objetivo de echarle un vistazo a la Tierra y sus vecinos. Simplemente el ave vería en simultanea nueve carruseles dando vueltas con ciclos diferentes, en el mismo y eterno presente. Vería que la duración que gasta un colibrí chupando una orquídea colombiana es la misma de un marciano disfrutando una taza de café. No le sería difícil comprender que un minuto aquí en la Tierra sucede en el mismo instante con cualquier planeta del sistema solar, y con cualquier planeta de la última estrella del último universo.
     Como indicamos, al no existir vida en nuestros planetas vecinos, utilizamos el patrón del tiempo del nuestro para medir cualquier evento aquí y en todo el universo. En consecuencia todo evento está regularizado por nuestro reloj terrestre de 24 horas y de 365 días, y fraccionado en horas, minutos y segundos. Con los datos de nuestros ciclos medimos los ciclos de todos los planetas, en resumen: la hora de nuestro reloj es el patrón interplanetario e interestelar. Los resultados de nuestro reloj nos muestran que el aparente tiempo transcurre igual para todos los planetas, no importando que algunos giren más rápido o más lento que otros o que los relojes de sus habitantes tengan más números o menos números.
     En el ejemplo anterior es como si en un fragmento de cinco minutos, un grupo de personas se colocasen en un carrusel de caballitos que gira a cierta velocidad, y otro grupo en un carrusel que gira a una velocidad inferior. En este caso las manecillas del reloj se mueven igual para ambos carruseles, no importando que un grupo dé más vueltas que el otro grupo, incluso, sin importar que uno de estos carruseles no haya dado ni una sola vuelta en ese fragmento: la variación es la misma, el tiempo de cinco minutos ha pasado igual para ambos. Las personas de estos dos carruseles se deterioraron biológicamente lo que le corresponde en esos cinco minutos, por muy pequeñísimo que sea el deterioro. De igual manera sucede al medirse los ciclos rotacionales de los nueve carruseles del sistema solar, todo transcurre en simultánea en un fragmento de 24 horas terrestres. Se contarán más vueltas o ciclos en un planeta que en otro, habrá cierta diferencia en ciclos; pero esencialmente en todos los carruseles ha transcurrido las mismas 24 horas terrestres, la misma variación, aunque algunos planetas como Venus y Mercurio no hayan realizado ni un solo ciclo rotacional en ese fragmento. Cada habitante de cada planeta se deterioró lo que le corresponde en ese curso de 24 horas terrestres.
     Si existiese un reloj interplanetario caminaría igual para todo el carrusel del sistema solar, independientemente del número de vueltas que dé cada planeta alrededor del sol, incluso, sin importar que un carrusel se encuentre en nuestro sistema solar o un sistema extrasolar.
     Veamos los ciclos de nuestros planetas vecinos medidos con nuestro reloj terrestre o «reloj interplanetario». Una vuelta al sol de nuestro planeta tarda 365 días, un año nuestro. Pero hay planetas que por su cercanía al sol su ciclo será más corto que el nuestro, de menos días, en este caso: el año en Mercurio es de 88 días terrestres, y el de Venus de 224. Y hay planetas que por su lejanía al sol su ciclo de traslación es más largo que el nuestro: el ciclo de Marte es de 686 días terrestres, el de Júpiter es de 11 años y 315 días, el de Saturno 29 años y 167 días, Urano 84 años, el de Neptuno 164 años y 288 días y el de Plutón 248 años.
     Esta situación nos confunde un poco, uno que otro creerá que en Mercurio se envejecería más rápido si existiese vida allí, pues los años nuevos y cumpleaños pasarían volando en ese pequeño planeta. Mientras ellos celebran cuatro años nuevos (365/88) nosotros celebramos uno. Asimismo, uno que otro despistado creerá también que en Júpiter o Saturno se envejecería más lento, pues allí los cumpleaños y años nuevos durarían más en llegar, y mientras aquí celebramos 11 años nuevos en Júpiter celebran solo un año. La realidad es que se envejece igual en el mismo lapso en cualquier punto del sistema solar y en cualquier punto del universo, siempre y cuando tengamos el mismo sistema biológico o código genético, porque esto es lo que determina a las especies envejecer, y no la cantidad de vueltas de los cuerpos celestes. Todos los hechos se dan al mismo instante, paralelamente en cualquier esquina del universo, dado que el tiempo es uno solo y absoluto para cualquier evento del universo.
     Entendido lo anterior, continuaremos con los típicos experimentos mentales, sin antes advertir que seguiremos siendo repetitivos en el aspecto biológico de todo individuo.
     Entonces imaginemos que naciesen cuatro humanos a la misma hora en cuatro puntos diferentes del sistema solar, digamos cuatro mellizos nacieron en la Tierra y tres fueron enviados desde muy niños a vivir a otros planetas o como quieran plantear la situación. El asunto es que los cuatrillizos habitan en planetas diferentes: un mellizo está en nuestro planeta, otro en Mercurio, otro en Júpiter y otro en Neptuno. Cuando la Tierra haya dado una vuelta alrededor del sol: el humano que habita aquí cumpliría un año de vida. En ese fragmento de 365 días terrestres, Júpiter ni Neptuno han dado la primera vuelta al sol, por lo tanto, los humanos de esos planetas gigantes no han cumplido su primer año de vida. En cambio en esos 365 días terrestres, Mercurio ya ha dado cuatro vueltas y fracción (365/88), en este caso el humano que se encuentra en allí cumpliría cuatro años de vida. Pero los ritmos de crecimiento de los humanos de esos tres planetas son iguales al humano de la Tierra, biológicamente los cuatro bebés humanos ya dejarían de gatear y comenzarían a dar sus primeros pinitos, pues sus respectivas motricidades son las de un bebé de un año, ya que todos los cuatro mellizos poseen el mismo ritmo de crecimiento terrestre. Los procesos biológicos son inquebrantables e independientes a los giros de las esferas celestes, en este caso a la cantidad de vueltas de cada planeta del sistema solar. 
     Cuando la Tierra haya dado 11 vueltas al sol: el humano terrestre ha cumplido 11 años de vida. En ese segmento Júpiter ya ha dado su primera vuelta al sol: el humano que habita allí ya tiene su primer añito de vida. A Neptuno aún le falta mucho para su primer ciclo: el humano de allí aún no ha cumplido su primer año de vida. Y el planeta Mercurio ya ha dado 45 vueltas y fracción (365x11/88 o 11x4): el humano mellizo que habita allí ya tiene 44 o 45 años de vida. Pero estos cuatro humanos biológicamente son niños terrestres de 11 años, aunque el de Mercurio haya cumplido 45 años. Todos han mudado ya sus dientes de leche, montan en bicicleta y van a la escuela en el mismo segmento de tiempo de los cuatro planetas. Sin importar que el humano de Mercurio tenga 45 años y el de Neptuno no haya cumplido su primer año de vida, las complexiones físicas y mentales son iguales en todos los humanos aquí presentes, es decir, la de un niño de 11 años. El hecho de que el humano de Neptuno no haya cumplido un año de vida, porque su planeta aún no ha dado su vuelta al sol, no quiere decir que sea apenas un bebé de brazos, este ya tiene la mentalidad y físico de niño de 11 años de la Tierra. Lo mismo le sucede al humano de Júpiter, pues en su primer año de vida ya puede montar en bicicleta al igual que sus tres hermanos. Al igual, el hecho de que el humano de Mercurio tenga 45 años de vida, en realidad es un niño de 11 años y no un adulto. Lo que existe es un desbarajuste de ciclos y edades, mas no de tiempo.
     Continuando con el ejemplo, cuando la Tierra haya dado 22 ciclos alrededor del sol: el hermano terrestre ha cumplido 22 años. Mientras el planeta Júpiter en ese fragmento ha dado apenas dos vueltas al sol, por lo tanto: el humano que habita allí ya tiene dos años de vida. Mientras en ese mismo fragmento el planeta Neptuno aún no ha dado su primer ciclo alrededor del sol, de aquí que el humano que habita en ese gigante azul no haya cumplido su primer año de vida. Mientras tanto, el planeta Mercurio ha dado alrededor 88 vueltas y fracción (22x4): el humano de allí cumplió 88 años terrestres. Ni el de Neptuno es un bebé ni el de Mercurio es un anciano, las complexiones físicas y comportamientos de todos los hermanos son iguales al de un adulto de 22 años terrestre. Aquí no importa que el humano de Júpiter tenga apenas dos añitos, y el de Neptuno aún no haya cumplido su primer año, y el de Mercurio tenga 88 años terrestres: todos los humanos siguen el mismo proceso biológico. Quizás los cuatrillizos ya hayan terminados sus estudios de secundaria, o estén en la universidad de sus respectivos planetas, o sean rebeldes, con licencia de conducir, tengan sus respectivas parejas, incluso tengan hijos; es decir, todo lo que hacen los humanos a la edad de 22 años. Todo sucede en un mismo carrusel planetario, en un mismo fragmento de ciclos terrestres, pero a diferentes distancias de otros ciclos planetarios. Todos los cuatro hermanos están en igualdad de condiciones físicas, ninguno es más joven o más viejo que los demás. Aunque el de Mercurio tenga 88 años, no es un anciano; y el de Júpiter con dos añitos, no es un bebé. Ambos tienen la misma fisionomía biológica de un joven de 22 años terrestres.
     Cuando el planeta Tierra haya dado 100 vueltas al sol: su humano ha cumplido 100 años. Ya mastica el agua, ad portas de colocarse la «piyama de madera». El planeta Júpiter en ese mismo segmento ha dado cerca de nueve vueltas al sol: el humano que vive allí cumpliría 9 años. También es un anciano masticando el agua. El planeta Neptuno aún no ha dado su primera vuelta al sol: el humano de ese planeta todavía no ha cumplido su primer añito. Pero también es un anciano. Mercurio ha dado 400 vueltas al sol: su mellizo cumpliría 400 años. Al igual, es un anciano (de 100 años terrestres). Los tres hermanos interplanetarios tienen la misma complexión física y comportamiento del humano terrestre, es decir, la de un anciano de 100 años. Ya sus respectivos cuerpos se han deteriorados bastante, y se deterioraron a la par: canas y piel agrietada, pérdida de memoria, lentes, orejas grandes, todos tienen nietos y están próximos a lo inexorable, etc. Esto porque los cuatrillizos están regidos por el mismo ritmo de su desarrollo biológico y deterioro físico terrestre.
     Todos los cuatro hermanos envejecieron paralelamente y al ritmo de nuestra evolución, no importa que el de la Tierra tenga 100 años, el de Júpiter solo tenga 11 años, el de Mercurio 400 años y fracción, y el de Neptuno no haya cumplido su primer año de vida. El de Neptuno no es un bebé y el de Júpiter tampoco es un niño, todos son unos ancianos. Los respectivos aspectos físicos son iguales para los cuatro hermanos, no importando el desajuste de años o ciclos, de la cantidad de ciclos de sus respectivos planetas y de la distancia.
     El núcleo de cada célula de cada individuo, responsable del almacenamiento de la información y luego transmitida de generación en generación, no se da por enterado de que unos cuatrillizos se hayan criado y progresado en planetas distintos. Todo transcurre en simultánea en todos los carruseles del universo. El problema consiste en que poseemos una vista limitada, la cual no nos permite ver esa simultaneidad, por tanto no vimos a los cuatrillizos crecer al mismo ritmo de vida en los cuatro  carruseles.         

18 nov 2017

Teoría de la relatividad de Albert Einstein, gravedad de Newton dentro de los agujeros de Einstein.




Cuál es el origen de la Tierra, como se formó el sistema solar, origen del universo, origen del agua en la Tierra, qué es la teoría de la relatividad, qué es ley de la gravedad, Albert Einstein, Isaac Newton, el espacio, la materia oscura, ondas gravitacionales, Júpiter, Marte, cinturón de asteroides, donde estudiar astronomía, LA NASA. rotación inversa de Venus, formación de la luna, lunas de Júpiter, glaciación de la Tierra, era de hielo.

Gravedad de Newton dentro de los agujeros de Einstein.

 Relatividad gravitacional.

Para muchos científicos la relatividad de Albert Einstein dejó de ser teoría al demostrarse la existencia de ondas gravitacionales halladas en estos días por importantes observatorios astronómicos. De tener un consenso general esta teoría, muchos mandaran al destierro la fuerza de la gravitación universal de Isaac Newton.  Pero  esto no es tarea fácil. Si colocamos en una balanza estas dos importantes teorías, la Newtoniana sale mejor librada en cuanto a cuestionamientos se refiere, pues tiene pocos tropiezos, el más relevante el de la anomalía en la órbita de Mercurio; mientras muchos cautelosos sobre el tema de relatividad tenemos más de una inquietud sin respuesta o sin una una explicación coherente que satisfaga a un amplio mundo científico. Por lo tanto la gravitación universal seguirá vigente, esta fuerza se niega a dar un paso al costado, y en el peor de los casos, se incrustaría dentro de los agujeros de Einstein si esta llegase a primar.   
Antes de avanzar con el tema y recordar las inquietudes que nos apremian, es necesario hacer un resumen del tema.
Sabemos que en la fuerza gravitacional de Newton imperan las órbitas cerradas, a menos que exista la interferencia de otro cuerpo celeste y le dé un pequeño salto en su recorrido orbital. En Mercurio el punto final de la órbita no coincide con el punto inicial, o en términos científicos el perihelio se desplaza año tras año, aunque sea una pequeña fracción, pero en un siglo esa desviación es de 43 segundos, casi un cuarto para un minuto, algo exagerado dentro de una ley universal. No sabemos si Plutón también presenta esta anomalía, ya que este planeta fue descubierto en 1930 y dura 248 años en dar una vuelta completa al sol, por lo tanto no sabemos si el punto de llegada coincide con el inicial, pues faltan 161 años para observar ese evento. Albert Einstein, para darle solución a estas falencias de la ley gravitacional de Newton, con unas cuantas formulas, las cuales solo entienden los matemáticos, echando mano de su famosa teoría de la relatividad realizó los ajustes necesarios; a la vez también le dio solución a la curvatura de la luz en el espacio. Para explicar su teoría, Einstein en forma didáctica  ejemplifica o compara el espacio con una tela. En dicha tela estirada al colocar objetos (canicas) estas por la masa que poseen hundirán dicha tela o la curvaran. Por supuesto las canicas más grandes harán una profundidad mayor, y las pequeñas tendrán que someterse a la profundidad que ejerce la canica mayor, es decir, las pequeñas siguen la curvatura que dejó la masa superior, girando alrededor de esta. Según la teoría relativista igual sucede en el universo, donde la tela es el espacio, las canicas son las estrellas y planetas, y en general todos los cuerpos celestes que se encuentren en el universo. La masa del sol hunde y curva su zona de ubicación, y los cuerpos pequeños como los planetas y satélites caen en esa curvatura y giraran alrededor de ella, formando así su sistema planetario. De la misma manera sucede con todas las estrellas que existen en el universo, las cuales forman sus sistemas extrasolares atrayendo cuanto cuerpo pequeño se les acerque a su agujero; y lo mismo sucede con las galaxias, las cuales curvan todo el espacio que rondan.
Existen en la red una gran cantidad de vídeos de experimentos sobre este tema, de canicas y telas, donde se demuestra que efectivamente las canicas siguen una trayectoria giratoria sobre el hundimiento o curvatura. No obstante, para que dichos experimentos tengan efectividad, se necesita ejercer una fuerza o girar la canica alrededor o hacia los extremos del agujero; de lo contrario, sin ninguna fuerza, las canicas siguen una trayectoria en linea recta sobre la depresión ejercida por la canica de mayor tamaño, hasta la profundidad y chocar con la mayor, es decir, no sigue una  la trayectoria curva.
Desde luego, esta teoría tiene otros elementos muchos más complejos como la dualidad del espacio-tiempo, la cual necesita mucho más que un resumen para entenderla. De esta manera Albert Einstein explicó en su momento su teoría de la relatividad general, interpreta la gravedad como una distorsión en el espacio tiempo influenciado por la energía de las masas, en pocas palabras las masas crean una depresión espacial. 

Entendido este asunto de la tela espacial, realizaremos las sencillas y razonables inquietudes aún sin respuestas, las cuales han pasado desapercibidas por una parte del mundo científico o, por lo menos, no se le ha dado tanta importancia como a las falencias presentadas en la teoría gravitacional.

 Preguntas sin respuesta de la teoría de la relatividad.

1.¿Si la "tela" del espacio se hunde para un determinado lugar, que sucede con el espacio adverso o contrario de dicho lugar? Es decir, desde nuestra perspectiva, la masa de nuestro sol hunde o curva el espacio hacía abajo, o a su supuesto polo sur. ¿Qué sucede o que características tiene el espacio ubicado en su polo norte? ¿Qué sucede con el espacio ubicado en su "este u oeste"?  ¿Qué especial tiene una zona en el espacio, o acaso el espacio es más denso en una parte y menos denso en otras? ¿El espacio tiene mayor dureza en una zona que en otra? ¿O nuestro sol o las estrellas ejercen mayor fuerza en uno de sus "polos"? ¿O emiten mayor energía en un polo que en el otro? Lo mismo sucede con la Tierra, supuestamente hunde el espacio hacia abajo o hacia nuestro polo sur, un espacio frágil; por lo tanto el espacio que se haya arriba de nuestro polo norte es un espacio de mayor dureza. En pocas palabras ¿Por qué hay una sola tela espacial? ¿Por qué la  masa de un solo objeto es débil en lado y fuerte en otra? Formulemos esta pregunta gráficamente:


La relatividad general de Albert Einstein. ¿Si la "tela del espacio" se hunde para una determinada zona, que sucede con el espacio adverso o contrario a dicha zona? ¿Qué especial tiene una zona en el espacio, o acaso el espacio es más denso en una parte y menos denso en otra? ¿Por qué existe una sola y caprichosa "tela espacial"?
2. La teoría dice, o por lo menos se entiende así, que el espacio toma la forma del objeto causante de  su hundimiento o curvatura. Es decir si el objeto es redondo, la depresión  creada en la "tela" del espacio ha de ser redondo; por lo tanto, si el objeto es cuadrado, la forma de su hundimiento ha de ser cuadrada; y si el objeto es triangular, el hundimiento creado ha de tener figura triangular, etc. Pero resulta que los movimientos de los planetas alrededor del sol siguen trayectoria elíptica. Hasta donde sabemos nuestro sol es redondo, y la figura que forma su hundimiento en el espacio es elíptica, tiene figura de  un huevo o de una tina, y no de un círculo. Además que el sol está ubicado en uno de los focos de la elipse, no está en el centro, cómo es posible que curve el espacio a su alrededor de esa manera.  Del mismo modo los satélites mantienen esa tendencia o movimiento elíptico con sus planetas, asimismo los  cometas. Algunos planetas como Plutón y Mercurio sus respectivas órbitas son dramáticamente excéntricas o elípticas, además Plutón invade la órbita de Neptuno. Hago mención específica en estos dos planetas porque el uno es el más cercano al sol y el otro el más lejano, por lo tanto la distancia no es causal de excentricidad y desorden orbital. Tampoco es causal de que una órbita se debilite estando esta cerca o lejos del agujero ejercido por el sol. 


Teoría de la Relatividad de Albert Einstein. Hasta donde sabemos nuestro sol es redondo, pero la figura que forma su hundimiento en el espacio es elíptica, forma de huevo o una tina, su hundimiento no es redondo como tiene que acontecer.

3. Hay otro problema con las órbitas elípticas, pues como hemos visto el asunto del perihelio de Mercurio aún sigue vivo, pues todos se han concentrado en esa ubicación y nadie lo ha hecho en su afelio. Pues en un lado acelera (perihelio) formando dos amaneceres o salidas del sol dos veces en un mismo día en el planeta, y en el otro (afelio) desacelera o mantiene el ritmo de la órbita. Si los dos extremos o los puntos más angostos de una elipse son iguales, es decir, geométricamente el perihelio y el afelio son iguales, entonces, ¿Por qué se presenta estas diferencias de velocidades en ese agujero elíptico? ¿La elipse formada por la curvatura del sol no es exacta? Si fuese exacta, también habría dos nuevos amaneceres en Mercurio cuando este se acerque al afelio, para un total de cuatro puestas del sol en los cielos oscuros del planeta en un mismo día. ¿Qué hay de diferente en el afelio y perihelio en la curvatura espacial? Pues lo único diferente es la cercanía de Mercurio al sol, este perturba su órbita, la acelera. Por lo tanto nos estamos refiriendo a la atracción gravitacional de Newton, o de la ley gravitacional dentro de los agujeros de Einstein. Algo así como el agua y el aceite.

4. ¿Por qué algunos planetas se inclinan demasiado respecto al plano orbital?¿Por qué cada planeta posee un plano orbital diferente?  Algunos planetas no siguen la curva trazada por el sol, como el caso especifico de Mercurio, causante del origen de la relatividad, mantiene una órbita excéntrica casi diagonal al sol, pareciera como si "levitara" dentro de la depresión ejercida por el sol. Su órbita además de excéntrica es anárquica, parece el modelo de un átomo de hidrógeno. Mercurio en su movimiento de traslación, el perihelio se desplaza, en cada vuelta su punto final no toca el inicial, por lo tanto forma una especie de espiral múltiple en décadas o siglos. Es decir, en cada vuelta al sol, este pequeño planeta sube respecto al plano orbital, o sube un "escalón" dentro de la curvatura espacial impuesta por el sol, como si el hundimiento fuese una escalera.
La teoría relativista, o de universo curvo, nació con el propósito de ponerle fin a esta anomalía del planeta Mercurio, ya que el concepto de fuerza de gravedad de Isaac Newton no ha podido explicar. No obstante, el relativismo complica mucho más la situación de Mercurio en el espacio, o ocultó un problema mayor, pues este planeta no sigue el hundimiento trazado por el sol hacia abajo,  pues pareciese que siguiera una curvatura hacia los lados. ¿Curvaturas o huecos múltiples originados por una sola masa? ¿Agujeros dentro de otros agujeros?
Otro ejemplo dramático de "levitación orbital" dentro de los agujeros de la tela espacial la encontramos en los satélites de Urano. Pues el eje de rotación de este gigante gaseoso tiene una inclinación de 98° con respecto al plano del sistema solar. Es decir, este planeta se encuentra acostado en su ecuador respecto al sistema solar, sus polos son la parte caliente. Por lo tanto sus anillos y satélites siguen la trayectoria de su ecuador, y eso los hace "levitar" dentro del hundimiento ejercido por el sol y dentro del hundimiento ejercido por el mismo planeta. ¿Satélites levitando dentro de dos agujeros espaciales? ¿La ley gravitacional dentro de dos agujeros de Einstein?

La relatividad de Albert Einstein. La órbita de Mercurio además de excéntrica es anárquica, parece el modelo de un átomo de hidrógeno. Su trayectoria es casi diagonal al sol, pareciera como si levitara dentro de la depresión ejercida por el sol, como si siguiese una curvatura hacia los lados. ¿Agujeros múltiples de una sola masa? ¿Un agujero dentro de otro agujero?
Mercurio se desplaza en su perihelio, en cada vuelta su punto final no toca al inicial, por lo tanto forma una especie de espiral múltiple. Es decir, en cada giro el planeta sube un "escalón" respecto al plano orbital o sobre el hundimiento ejercido por el sol, como si dicho hundimiento fuese una escalera. ¿Los agujeros hacen las veces de escaleras espaciales?
Urano tiene una inclinación de 98° con respecto al plano del sistema solar, sus anillos y satélites siguen la trayectoria de su ecuador, y ese suceso los hace levitar dentro del hundimiento ejercido por el sol y dentro del hundimiento ejercido por el mismo planeta. ¿Satélites levitando dentro de dos agujeros espaciales? ¿La ley gravitacional dentro de dos agujeros de Einstein?


5. Viene de la pregunta anterior. Cómo podemos  entender el caso de los "sub- agujeros espaciales", es decir, un hundimiento o una curva dentro de otra curva. Pues el sol hunde el espacio a su alrededor, allí caen los planetas para formar así su sistema planetario; los planetas a su vez hunden su espacio alrededor y allí caen los satélites, y algunos satélites hunden el espacio allí uno que otro asteroide. Como es posible esto en una sola tela, en nuestro caso en una tela espacial, si ya existen un hundimiento o curva como puede ser posible de que de allí se genere otra curva u agujero, ¿Un agujero dentro otro agujero? Esto se aleja de la física. Pero existen unos "sub-agujeros" pequeñísimos o especiales, como por ejemplo en el cinturón de asteroides existen objetos que giran alrededor de otro,¿Cómo estos objetos con poca masa y poca energía pueden curvar el espacio, una zona ya agujereada por el sol y Júpiter? ¿Y por qué son los únicos en hacerlo?  Los demás asteroides siguen su trayectoria circular dentro de ese agujero establecido por el sol.
Sabemos que el cinturón de asteroide es dominado por la fuerza de gravedad del sol y en poca medida por Júpiter, de lo contrario ese conjunto de escombros ya se hubiesen precipitado totalmente al sol. Por lo tanto, como explica el relativismo ese choque de agujeros, el agujero del sol y el agujero de Júpiter jalándose entre sí. ¿Dos agujeros jalándose entre sí? ¿O estamos hablando de la gravedad de Newton dentro de los agujeros de Einstein? Además, qué hay de los asteroides troyanos incrustados en la órbita de este gigante Júpiter, también el troyano incrustado en la órbita de la Tierra, pues se supone que estos objetos pequeños no deben resistir la profundidad del hundimiento hecho por el sol en esa zona de esa tela espacial.



La relatividad de Albert Einstein. El cinturón de asteroides es dominado por el sol y, en poca medida, por Júpiter. Por lo tanto, como explica el relativismo ese choque de agujeros, el agujero del sol y el agujero de Júpiter jalándose entre si. ¿Dos agujeros jalándose entre sí?


6.¿Qué hay de los sistemas binarios? En el universo se da el caso donde dos cuerpos giran alrededor de un centro de masa, lo hacen las estrellas, los planetas y hasta los asteroides. Se les denomina sistemas binarios. Este suceso se da debido a que los objetos en mención poseen casi la misma masa, quizás ninguno quiere ceder ante el otro y  por tanto equilibran sus respectivas fuerzas, y así forman dicho centro de masa o de gravedad. Algunos sostienen que la Tierra y la luna son un sistema binario, al igual que Plutón y Caronte. Y si estos sistemas hiciesen una curvatura espacial, se dan dos casos: ninguno caerían a sus propios agujeros, o ambos caerían a sus propios agujeros. Algo descabellado. Pero esto se complica cuando estos sistemas binarios hospedan un nuevo vecino, formando un sistema ternario, los cuales abundan en las estrellas de todo nuestro universo. En los sistemas binario o ternarios tendríamos que hablar del concepto de la gravitación universal de Issac Newton, pues estamos se trata de atracción entre dos masas y no atracción de huecos, algo que se aleja de toda lógica. De igual manera se estaría hablando de la gravedad de Newton dentro de los agujeros de Einstein. Algo que riñe con la lógica.



Relatividad gravitacional. ¿Qué hay de los sistemas binarios, ternarios y demás? ¿Por qué los cuerpos de estos sistemas no caen a sus respectivos huecos? ¿Y si lo hacen por qué ambos caen? ¿El centro de masa forma un hueco? 


7. ¿Qué hay del fenómeno de las mareas en los cuerpos celestes? En las mareas un cuerpo masivo, podría ser una estrella o un planeta, revuelven el interior de otro objeto de menor masa hasta fragmentarlo totalmente, crear placas tectónicas o producir vulcanismo; o simplemente moldean un poco su aspecto físico redondo, alargado o achatado. En nuestro sistema solar el sol y los planetas gigantes han sido los responsables del vulcanismo en los rocosos y satélites. Los rastros de vulcanismo en nuestra luna quizás haya sido por la fuerza masiva de la Tierra, la luna a su vez reacciona e intenta hacer lo mismo, pero su poca fuerza solo le alcanza para mover las olas de nuestros mares, es decir, solo "pellizca" la parte externa de nuestro planeta. Este es un típico  caso de la gravedad de Newton (acción y reacción), a menos que los agujeros de la tela espacial sean los responsables de estos fenómenos. Sería algo descabellado y estaríamos de nuevo en contra de nuestra lógica, agujeros revolviendo el interior y exterior de los objetos celestes. Otro caso ilógico de la gravitacion universal dentro de los agujeros de la relatividad.


Teoría de la relatividad gravitacional. Si la relatividad reemplazó la ley gravitacional, entonces, el fenómeno de las mareas es un típico ejemplo de acción y reacción. ¿Cómo explica la relatividad el fenómeno de las mareas?


8. ¿Cómo explica la ley de la relatividad la formación del universo? Si la explicación es dada por el hecho de que aún no se habían formado la tela espacial o curvatura espacial, entonces, ¿Cómo se formó nuestro sistema solar? Cómo explica la relatividad general que mientras el sol hacía girar su nube de polvo y gas, a la vez, dentro de su gran agujero chocaban y unían (acción y reacción de Newton) pequeñas rocas, para formar planetasimales y estos a la vez estructuras más complejas como los satélites y planetas.
Del mismo modo, como explica la relatividad la formación de los misteriosos agujeros negros, los cuales son productos de la destrucción de estrellas masivas. Al desaparecer una estrella no desaparece su gravedad, pero sí ha de desaparecer su supuesto agujero creado en el espacio. Por lo tanto en este fenómeno de la creación de los agujeros negros prevalece la fuerza de gravedad de Newton, que al parecer se fortalece con la muerte de la estrella, sobre la relatividad de Einstein. Pues no puede ocurrir lo contrario, que prevalezca el agujero formado por una estrella ya desaparecida, sería demasiado ilógico; pero en el remoto caso de que así ocurriese, estaríamos hablando de dos agujeros, uno dentro de otro: el agujero fantasma que dejo la estrella y el agujero negro. Y esto se complicaría aún más si dentro de esos dos agujeros actúa la fuerza gravitacional de Newton.


Al desaparecer una estrella gigante desaparece la curvatura que había formado, pero prevalece la gravedad formando un agujero negro, y este atrae todo lo que halla a su paso, y como un remolino curva todo lo que encuentra a su alrededor. Entonces,  ¿Es la gravedad la que curva el espacio? 
Reconozco que al hacer este escrito solo tenía un par de dudas sobre este tema complejo como lo es fuerza de gravedad vs relatividad, pero a medida que avanzaba se ampliaban los interrogantes. Por lo tanto, quedaron más inquietudes en el tintero que en un próximo escrito realizare.


Autor: Roberto C Gómez S
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Visita el origen de la Tierra o la "Metamorfosis de la Tierra"


Origen de la Tierra. La Tierra primitiva fue un satélite congelado de Júpiter, la cual al desligarse de la órbita de este gigante entro a la zona cálida del sistema solar, donde tuvo una "metamorfosis planetaria". Esta teoría explicaría la glaciación global y el origen del agua en la Tierra.

Ir a la anterior entrada: Origen de la Tierra-Metamorfosis planetaria.


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